
Este 23 de agosto está previsto que el Congreso se convoque para discutir modificaciones a la Ley de Alquileres vigente. Con ese horizonte a la vista, las cámaras inmobiliarias y distintas asociaciones de propietarios redoblan la presión contra la normativa.
Alejandro Bennazar, presidente de la Cámara Inmobiliaria Argentina, aseguró que en la Ciudad de Buenos Aires, la mayor plaza de alquileres y la metrópoli argentina con mayor cantidad de inquilinos, hay menos de 1000 viviendas disponibles para locaciones.
“Del mes pasado a este, de 1300 publicaciones bajaron a 936. Y según la cámara de propietarios, antes de la ley había 29 mil ofertas y ya el próximo mes no sé si habrá ofertas”, le dijo Bennazar a una radio porteña.
Sin embargo, los inquilinos rechazan las declaraciones de Bennazar y otros referentes empresariales, y las enmarcan en lo que no dudan en señalar como “un golpe de mercado” con el objetivo de condicionar la discusión legislativa a fines de este mes.
“Bennazar miente, solo en la Ciudad de Buenos Aires hay 500.000 viviendas alquiladas, si la oferta se redujese a tan solo 1000 viviendas, estaríamos hablando de miles de personas en las calles”, dispara Gervasio Muñoz, dirigente de Inquilinos Agrupados, la organización que nuclea a los locatarios porteños.
Para Muñoz, las supuestas mil viviendas en alquiler de las que hablan las asociaciones de propietarios “son parte de una operación, de un golpe de mercado, en conjunto con las webs que listan alquileres”.
Este 4 de agosto, si se entra a uno de los sitios líderes, se pueden observar cerca de 6000 viviendas disponibles para alquiler. De todos modos, las familias inquilinas atraviesan momentos de real zozobra, si se tiene en cuenta que en la CABA, vencen aproximadamente 11.000 contratos de alquiler al mes.
“Estos tipos golpean sacando las viviendas ofertadas, dolarizando los alquileres, y transfiriendo viviendas del alquiler habitacional al temporario para luego pedir terminar con la Ley de Alquileres”, acusa Muñoz, que alega que “la falta de oferta se debe, principalmente, a un esfuerzo concertado y especulador de parte de dueños y las diferentes cámaras inmobiliarias”.
Además, señala que “el Estado abdicó de ejercer cualquier tipo de control sobre el mercado inmobiliario”.
Para explicar las consecuencias de esa desatención, recurre a un ejemplo bastante claro: “Si la Secretaría de Comercio regula el precio del aceite, y un supermercado esconde los productos y los saca de la góndola para especular, la Secretaría de Comercio controla y lo multa. Pero en el caso de los alquileres, esconden la oferta de viviendas y a las cámaras inmobiliarias y dueños no los controla nadie, y hacen lo que quieren”, explica.
Pero Bennazar y Muñoz se encuentran en un aspecto: la problemática habitacional en relación a los alquileres “es una situación muy angustiante y preocupante” para el representante inmobiliario, mientras que Muñoz y el resto de Inquilinos Agrupados desarrollan una serie de asambleas donde los inquilinos vierten sus preocupaciones y demandas en torno del asunto.
La próxima será mañana, en el local de la agrupación en el centro porteño.
El compás de espera de los propietarios para listar sus viviendas no es sólo una cuestión porteña. Pablo Domínguez, presidente del Colegio de Corredores Inmobiliarios de San Juan, señala que en estos momentos, en su provincia, “el mercado está paralizado a la espera de la sesión especial de agosto”.
La escasa oferta y los altos precios, a veces dolarizados, de las propiedades disponibilizadas por los dueños en el mercado agrega una nueva capa de incertidumbre en un país donde el ingreso promedio de los hogares no cubre los precios iniciales de la mayoría de las viviendas de alquiler porteñas.
De acuerdo al Monitor de Alquileres CABA reportado por el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO) los valores promedios de alquileres al 15 de julio son de $120.000 para un monoambiente, $150.000 para un dos ambientes y $200.000 para un departamento de tres ambientes.
Hoy, en la mayoría de los sitios webs que ofertan alquileres para vivienda, una amplia mayoría está directamente dolarizada.
Muchos, solo ofrecen contratos de seis meses, uno o dos años, en franca contradicción con la ley vigente.
A esa realidad se suma la casi inexistente oferta de créditos accesibles para la vivienda que permitan que el inquilino se convierta en propietario y tenga acceso con tasas cero o subsidiadas a una primera vivienda.
En vistas a la sesión especial para tratar modificaciones a la ley de alquileres, las familias inquilinas se juegan una partida difícil: a solo 10 días de las PASO, el derecho a la vivienda en nuestro país puede retroceder si incluso los sectores más progresistas del Congreso privilegian “calmar” al mercado inmobiliario con una nueva ley a medida de sus intereses.