Autoridades y medios oficiales de Irán confirmaron envenenamiento en nueve colegios. Se registran casos en las provincias de Hamedan ubicada al oeste del país, en Zanján y Azerbaiyán occidental en la zona noroeste, también en el sur, en Fars y en el norte, en la región de Alborz.
Grupos activistas elevan la cifra y denuncian casos en 40 centros educativos de diferentes puntos del país que el gobierno aún no confirmó. Las ciudades mencionadas son Teherán, Shahriar, Pakdasht, Borujerd, Safadasht, Lahijan y Rasht.
Decenas de alumnas fueron hospitalizadas tras sufrir náuseas y mareos. La ciudadanía se encuentra conmocionada por estos hechos. Familiares de las niñas se movilizaron a los colegios para exigir una respuesta.
En la Universidad de Ciencias Médicas de la ciudad de Zanjan y en la misma, ubicada en Hamedan se denunciaron ataques similares.
En la ciudad santa del chiísmo de Qom, en noviembre del año pasado se denunciaron los primero episodios que se han multiplicado en los últimos días.
La primera respuesta que ofreció el gobierno iraní fue que los envenenamientos podrían haberse dado por monóxido de carbono a partir del sistema de calefacción de los centros educativos. Irán atraviesa un fuerte invierno con bajas temperaturas.
El origen de las protestas
El detonante fue el asesinato de Amini, una joven de 22 años, que murió luego de ser arrestada por “la policía de la moral”. Su cuerpo registraba numerosos golpes. El motivo de la detención fue llevar “vestimenta inadecuada”.
En signo de rebeldía, las mujeres iraníes desafiaron el código de vestimenta islámico del país quemando velos y cortándose el pelo.
Las movilizaciones contra el gobierno de la República islámica se han repetido de forma sistemática. Alumnas de los colegios donde se registraron los envenenamientos fueron partícipes de estas muestras de descontento.
La respuesta de un gobierno que continúa mostrando fisuras es la represión que ya se cobró la vida de casi 500 personas.