Enfurecidas por la muerte la semana pasada de Mahsa Amini, de 22 años, que fue arrestada por la policía moral por llevar “vestimenta inadecuada”, las mujeres desafiaron el código de vestimenta islámico del país y se hicieron cargo, ondeando y quemando sus velos. Algunos se cortaron el cabello públicamente mientras las multitudes furiosas pedían la caída del líder supremo, el ayatolá Ali Khamenei.

Es poco probable que la revuelta popular en Irán represente una amenaza inmediata para los gobernantes clericales cuyas fuerzas de seguridad de élite han aplastado una protesta tras otra en los últimos años.

Irán se vio sacudido por disturbios en 2017 y 2018. En 2019, el gobierno informó que 200 mil personas participaron en lo que pudo haber sido la manifestación antigubernamental más grande en los 40 años de historia de la República Islámica. Reuters informó que 1.500 manifestantes fueron asesinados por las fuerzas de seguridad.

Pero las protestas lideradas por mujeres, las más grandes desde 2019, son otra grieta en la estructura de la República Islámica, que ha enfrentado disturbios por las dificultades económicas, la inflación y las reducción de sus libertades individuales.

Yes this is #Iran and irani woman.!! pic.twitter.com/BqdIaauo0u

— HUSHAM YOUSAF (@HushamYousaf) September 23, 2022

La agencia de noticias Fars dijo que los estudiantes de muchas universidades de Teherán se reunieron para protestar, exigiendo una investigación sobre la muerte de Mahsa Amini y el desmantelamiento de la policía moral. En las redes sociales, varias mujeres iraníes cortaban su pelo y quemaban sus velos.

Se informa que al menos siete personas han muerto desde que comenzaron las protestas en todo Irán, informó la BBC.

El detonante

Amini, de 22 años, murió el viernes en el norte de Teherán. Había sido arrestada el martes y, según los informes, fue llevada a un hospital poco después. La joven sufrió múltiples golpes en la cabeza antes de morir, según la emisora Iran International con sede en Londres.

La familia de Mahsa dice que los agentes la golpearon en la camioneta de la policía después de su arresto, citando testigos presenciales que respaldan esa afirmación.

La policía rechaza las acusaciones y dice que Amini murió después de ser llevada a un hospital porque “tuvo un ataque al corazón”.

Una foto de la mujer en coma en un hospital se convirtió en un símbolo que dio la vuelta al mundo, y un punto de acumulación para las mujeres iraníes que convocaron a las protestas.

El gobierno contrarrestó con sus propias imágenes que pretenden demostrar que Amini no fue golpeada bajo custodia.

Poco después de su muerte, la policía iraní publicó imágenes de cámaras de vigilancia de parte de su arresto. “El video muestra a la mujer desplomándose repentinamente sobre una silla mientras hablaba con una mujer policía en la comisaría”, según la agencia estatal de noticias IRNA.

Quemar el velo

Después de la Revolución Islámica de 1979, las autoridades de Irán impusieron un código de vestimenta obligatorio que exige que todas las mujeres usen un pañuelo, velo o chador en la cabeza y ropa holgada que disimule su figura en público.

La policía de la moralidad, conocida formalmente como Gasht-e Ershad (Patrullas de orientación), tiene la tarea, entre otras cosas, de garantizar que las mujeres se ajusten a la interpretación de las autoridades sobre la vestimenta “adecuada”.

Los oficiales tienen el poder de detener a las mujeres y evaluar si muestran demasiado cabello; sus pantalones y abrigos son demasiado cortos o ajustados; o están usando demasiado maquillaje.

Los castigos por violar las reglas incluyen una multa, prisión o flagelación.

En 2014, las mujeres iraníes comenzaron a compartir fotos y videos de ellas mismas burlando públicamente las leyes de moralidad en la vestimenta como parte de una campaña de protesta en línea llamada “Mi libertad sigilosa”.

Desde entonces, ha inspirado otros movimientos, incluidos “Miércoles blancos” y “Chicas de Revolution Street”.

Pero las protestas de 2022, más agresivas y políticas, se nutren de mayores disconformidades.

Una economía en problemas

La economía de Irán está saliendo lentamente de un estancamiento de una década, empantanado por dos rondas de sanciones económicas, un marcado comportamiento cíclico del precio del petróleo y la pandemia de COVID-19.

La aplicación de ajustes y el aumento de la inflación incrementaron el impacto de las sanciones impuestas por Estados Unidos, y profundizaron, con el tiempo, las dificultades económicas de las familias iraníes

Además, los desafíos del cambio climático en Irán han afectado el crecimiento, especialmente en los sectores industriales y agrícolas intensivos en mano de obra, luego de temperaturas récord y precipitaciones escasas. Estos factores limitan el ritmo de recuperación y el dinamismo de la economía hacia el futuro.

Tehran, capital of #Iran – Right now

Crowd shouts: Mollas must get away!

The widespread anti-government demonstrations of the Iranian people against the regime of the Islamic Republic continue on their seventh day.

زیل پل ستار خان – سیل خروشان جمعیت#OpIran #Mahsa_Amini pic.twitter.com/UP9C8V8S4P

— آنارخوس (@azadibakhsh) September 23, 2022

La respuesta oficial

Por eso, el gobierno de los ayatollahs, esta vez con Ebrahim Raisi a la cabeza, está interesado en mantener las protestas solo como un tema moral, y procura que no se conviertan en una impugnación a las políticas de su partido.

Este viernes, contestó movilizando a fuerzas leales, también encabezadas por mujeres, esta vez, con velo.

Por las calles de Teherán, las mujeres identificadas con la política oficialista pidieron la ejecución de los “alborotadores”.

Las manifestaciones progubernamentales siguieron a la advertencia más fuerte hasta el momento de las autoridades cuando el ejército dijo que se enfrentaría a “los enemigos” detrás de los disturbios, una medida que podría señalar el tipo de represión que ha aplastado las protestas en el pasado.

مردم👍🏻❤️🇮🇷#مهسا_امینی #جمهوری_اسلامی_حرم_است pic.twitter.com/tNKYKDT2C7

— soldier of Iran🇮🇷 (@Soldier6o8) September 23, 2022