El 31 de diciembre de 2019, China reportó ante la Organización Mundial de la Salud (OMS) que 27 personas tenían un tipo de neumonía de origen desconocido, en su mayoría trabajadores del mercado de mariscos de Wuhan; y diez días después se informó que se trataba de un nuevo coronavirus. El 11 de enero se divulgó que había un primer muerto por esta causa.
Desde que comenzó la pandemia la ciudad notificó más de 50.340 casos y 3.869 muertes, pero la mayoría de estos números corresponden a los primeros meses del año.
En Wuhan, la pandemia quedó controlada en primavera boreal según autoridades locales, y el balance oficial de 4.634 fallecimientos no varió desde mediados de mayo.
En esta ciudad del centro del país, la primera en ser puesta en cuarentena el 23 de enero de 2020, los habitantes se dedican a sus ocupaciones habituales.
Sin embargo China registró el domingo 103 nuevos casos de coronavirus, registrando un incremento a tres dígitos por primera vez desde los 127 del 30 de julio.
Los medios refirieron que al menos seis provincias chinas enviaron equipos de médicos y expertos para afrontar un foco en Hebei.
Más de medio millón de personas volvieron así a la cuarentena en Pekín por los temores a un foco de coronavirus.
En paralelo, el gigante asiático está procediendo con un operativo de inmunización, con el objetivo de alcanzar los 50 millones de vacunados antes de la larga festividad del Año Nuevo lunar, que comenzará el 12 de febrero.
Los primeros en ser vacunados son las categorías de riesgo y los que están en primera línea en la lucha contra el coronavirus. Solo en Shanghai, hasta el domingo, la vacuna se inoculó a 600.000 personas.