Capítulo 9: La resistencia peronista (1955-1966)

Este capítulo de nuestra historia comienza con una dictadura que pretende borrar de un día para el otro 10 años de peronismo y termina con una noche de bastones largos e ideas cortas.




El golpe del ’55 se gesta con el claro objetivo de terminar con el gobierno de Perón y cuenta con el apoyo de la marina, los comandos civiles radicales y socialistas, la sociedad católica y representantes del empresariado más reaccionario. El 16 de septiembre, una nueva usurpación del poder pone fin a nueve años de gobierno peronista dando inicio a una década de dictaduras militares y democracias condicionadas.

El nuevo gobierno autoproclamado “Revolución Libertadora” sostiene que su misión es liberar al país de la peor de las tiranías.  Con la asunción de Aramburu, en noviembre de ese mismo año, se emprende una política de profunda persecución y proscripción destinada a acabar definitivamente con el peronismo.

Tras los gobiernos de Arturo Frondizi, José María Guido y Arturo Umberto Illia, el 28 de junio de 1966 mediante un golpe de Estado se dio inicio a una nueva dictadura militar: la autodenominada “Revolución Argentina”. El gobierno de facto se propone objetivos, pero no define plazos para lograrlos. Como en los anteriores golpes, los militares destituyen al presidente y cierran el congreso, pero esta vez dan un paso más: obligan a renunciar a toda la Corte Suprema de Justicia y crean el “Estatuto de la Revolución Argentina” que reemplaza a la constitución, todo el poder está concentrado el general Juan Carlos Onganía.

Desde el comienzo de la nueva dictadura, estudiantes y profesores universitarios participan activamente en repudio a sus políticas, en respuesta Onganía firma un decreto por el que ordena intervenir las universidades nacionales. La comunidad universitaria de la UBA resiste la intervención y ocupa los edificios de varias facultades. El 29 de julio de 1966 llega La Noche de los Bastones Largos: los profesores y alumnos son echados de la universidad a los golpes y permanecen detenidos por días o semanas.  La educación pública argentina tardará muchos años en recuperarse.