
En su rol de comandante en jefe de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, el presidente venezolano Nicolás Maduro convocó a un proceso de alistamiento nacional de todas las fuerzas milicianas en las sedes de cuarteles militares, unidades militares, plazas públicas centrales, plazas Bolívar y en las sedes de las bases populares de defensa integral de las 15.751 bases populares de defensa integral, el sistema de milicias del país sudamericano.
De igual modo, lanzó el llamado al Sistema Defensivo Nacional a nivel de las estructuras de conducción política, gubernamentales, civiles, militares, policiales “porque vamos ajustando todos los días los planes”, apuntó.
“Venezuela volverá a triunfar sobre todas las amenazas extravagantes, estrafalarias, criminales del imperialismo norteamericano y la garantía del triunfo es la unión del poder popular, del poder militar y del poder policial”, declaró el mandatario venezolano, sobre las intenciones de Washington de intervenir el país y garantizar su detención, mientras naves y tropas estadounidenses rodean a Venezuela.
“Hemos roto, como rompió Chávez, oportunamente con la dependencia militar con el imperio gringo y con las tesis imperiales de ejércitos de ocupación que impusieron en América Latina con golpes de estado y otras formas de dominación ideológica, institucional y política”, completó el cuestionado presidente.
La decisión de Estados Unidos de mandar buques de guerra con unos 4.000 soldados cerca a las costas de Venezuela revive el temor de una intervención militar estadounidense en un país latinoamericano.
La posición de Washington
El martes 19 de agosto, Estados Unidos envió tres buques de guerra con 4.000 soldados a bordo cerca de las costas de Venezuela. Según Washington, la misión busca “usar todo su poder” para frenar el “flujo de drogas hacia su país”.
“El régimen de Maduro no es el Gobierno legítimo de Venezuela. Es un cartel del narcotráfico, según la opinión de esta Administración”, sugiriendo motivaciones políticas, insistió el martes la Casa Blanca. Cabe recordar que EE. UU. no reconoció la controvertida reelección del presidente Nicolás Maduro en julio de 2024.
A lo largo del siglo XX, Estados Unidos intervino, algunas veces de manera directa, en la política interna de sus vecinos del continente para proteger sus intereses políticos y económicos.