Luego de que los sobrevivientes y las querellas lo hayan solicitado durante casi 20 años, finalmente el Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional N° 2 de San Martin a cargo de la jueza Alicia Vence llamó a Juan Ronaldo Tasselkraut a prestar declaración el próximo 23 de marzo a las 10 horas, por complicidad en los casos de secuestros y desapariciones de trabajadores de la planta de la automotriz alemana en González Catán, cuando el empresario era directivo de la firma Mercedes Benz Argentina, puesto que sostuvo hasta entrada la década de 2010.
Son seis los empleados de la planta automotriz que fueron secuestrados, torturados y desaparecidos durante la última dictadura: Alberto Arenas, Juan José Mosquera, Jorge Leichner Quilodran, Alberto Gigena, Diego Núñez y Fernando Del Contte. Uno más, Héctor Ratto, fue torturado y mantenido cautivo de manera ilegal entre agosto y noviembre de 1977, cuando fue “blanqueado” en la comisaría de Ramos Mejía, donde permaneció detenido hasta 1979. Es el único sobreviviente. Todos esos casos integran una de las 169 causas que serán ventiladas a lo largo del megajuicio de Campo de Mayo que que comenzó en 2019 en los tribunales federales de San Martín.
El trabajador Héctor Aníbal Ratto fue secuestrado de su oficina, es sobreviviente del campo de concentración conocido como “El Campito” que funcionó en Campo de Mayo e identificó a Tasselkraut como entregador de sus compañeros de trabajo a las autoridades del Comando de Institutos Militares para que sean secuestrados por las patotas de esta misma guarnición.
En el nuevo requisitorio de la magistrada de San Martín también se incorporaron diversos testimonios de testigos y expertos que fueron aportados en el debate de la causa N° 3005 y conexas por crímenes de lesa humanidad.
Algunas de las personas que ya testimoniaron son: Victoria Basualdo, licenciada en Historia y desde el año 2000 abocada a investigar la historia de los trabajadores y sindicatos en Argentina y América Latina, que aportó fuentes documentales del Archivo de la Nación e información de la DIPBA; la investigadora alemana Gabrielle Weber, manifestó que Tasselkraut dijo que después de los secuestros había subido la productividad de acuerdo al objetivo de la empresa; el trabajador Eduardo Estivil Navarro, que ingresó a la fábrica en 1969 y confirmó lo que dijeron todos sus compañeros en torno a las condiciones insalubres de trabajo y las consecuencias letales de las mismas, y Fernández Hilda, secretaria del Gerente de Asuntos Jurídicos Legales, Rubén Pablo Cueva, que expresó que el directivo sabía sobre los conflictos de los obreros.
La causa que investiga la desaparición y muerte de los obreros de la automotriz es otro ejemplo de la responsabilidad empresarial y civil en el plan sistemático de la dictadura que comenzó en 1976.
En otra automotriz, Ford, los integrantes de la comisión gremial interna fueron secuestrados en la misma empresa durante la última dictadura y torturados, dos de ellos permanecen desaparecidos y varios otros pasaron años en la cárcel. En ambas plantas, los trabajadores insistieron desde fines de la década del 60 en conformar comisiones internas independientes de los gremios cabecera –Smata– para poder profundizar los reclamos salariales y por mejoras en las condiciones laborales.
Dos exgerentes de la planta que Ford mantenía en funcionamiento en General Pacheco, al norte de la provincia de Buenos Aires, se encuentran cumpliendo condena por los hechos.
Por los crímenes que sufrieron los trabajadores de Mercedes Benz están acusados los militares Santiago Riveros, Eugenio Guañabens Perelló, Miguel Castagno Monge, Carlos José Somoza –todos ellos fueron condenados en otras causas–, Carlos Francisco Villanova y Benito Angel Rubén Omaecheverría.