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Túneles de un pasado misterioso

La parroquia San Ignacio de Loyola se encuentra en la manzana más antigua de la Ciudad de Buenos Aires, construida a partir del año 1661 por los jesuitas. Esta construcción fue un espacio de usos múltiples ya que ofició como catedral así también como un colegio y una universidad.

Las misiones jesuitas llegaron a Buenos Aires a principios del siglo XVII con la finalidad de evangelizar, reducir y convertir a los indígenas en esta región. Fueron los fundadores de “La manzana de las Luces” donde se instalaron y convirtieron en sede de instituciones vinculadas a su desarrollo cultural, educativo y religioso.

Los túneles fueron pensados como una red de defensa para la ciudad y conectaban a los principales edificios con algunas edificaciones cívicas importantes, como el cabildo, el fuerte y algunas iglesias. Además, la parroquia San Ignacio de Loyola cuenta con otra construcción estratégica, la torre sur fue una de las más altas de Buenos Aires y era utilizada a modo de atalaya ya que podía divisarse el Río de la Plata.

En la actualidad, dichas galerías subterráneas son las únicas que pueden ser visitadas de todas las que se estiman que fueron construidas en ese periodo. Es un recorrido de 30 metros que cuenta con dos pequeñas intersecciones de alrededor de 5 metros cada una.