
Mark Carney, exjefe del Banco de Canadá y del Banco de Inglaterra, se convertirá en el próximo primer ministro canadiense luego de que los liberales, que están en el Gobierno del país, lo eligieran este domingo como líder del partido.
El político, de 59 años, sustituirá a Justin Trudeau, que anunció su dimisión en enero, pero seguirá siendo primer ministro hasta que su sucesor jure el cargo en los próximos días. Carney ganó con el 85,9 % de los votos, informa AP.
Carney asumirá el cargo en un momento tumultuoso en Canadá, que se encuentra en medio de una guerra comercial con su antiguo aliado, Estados Unidos, bajo el mando del presidente Donald Trump, y pronto deberá celebrar elecciones generales. El banquero de 59 años venció a la exministra de Finanzas Chrystia Freeland en una contienda en la que votaron poco menos de 152.000 miembros del partido, en un sistema electoral similar al británico.
Trudeau anunció en enero que renunciaría después de más de nueve años en el poder debido a que su índice de aprobación se desplomó, lo que obligó al gobernante Partido Liberal a realizar una rápida elección para reemplazarlo.
“No se equivoquen, este es un momento que define a la nación. La democracia no es algo que se da por sentado. La libertad no es algo que se da por sentado. Ni siquiera Canadá es algo que se da por sentado”, dijo Trudeau en un último discurso, en el que atravesó momentos de lágrimas al relatar algunos aspectos de sus años en el poder.
Carney, un novato político, argumentó que él era el mejor situado para revivir el partido y supervisar las negociaciones comerciales con Trump, que está amenazando con aranceles adicionales que podrían paralizar la economía canadiense, que depende de las exportaciones.
Trudeau impuso aranceles de 30.000 millones de dólares canadienses en represalia a Estados Unidos en respuesta a los aranceles que Trump impuso a Canadá. “Mi gobierno mantendrá nuestros aranceles hasta que los estadounidenses nos muestren respeto”, dijo Carney, que consideró que Donald Trump “Está atacando a los trabajadores, las familias y las empresas canadienses. No podemos permitir que triunfe”, afirmó en su discurso tras asegurarse la victoria.
“Esto no será como siempre”, dijo Carney. “Tendremos que hacer cosas que no habíamos imaginado antes, a velocidades que no creíamos posibles”, subrayó, sobre la posibilidad de desacoplar su economía y política exterior de Washington.