Al menos tres personas murieron por una explosión atribuida a un camión bomba en el puente de Crimea, todo un símbolo de la anexión por parte de Rusia.
Mientras Moscú abrió una investigación sin acusar en lo inmediato a Ucrania, desde Kiev se celebró el ataque sin reivindicar su autoría.
“La detonación de un coche bomba causó el incendio de siete cisternas ferroviarias que iban hacia Crimea”, indicó el Comité Nacional Antiterrorista de Rusia, citado por las agencias locales.
“Según los datos preliminares, tres personas murieron”, probablemente “los pasajeros de un vehículo que se encontraba cerca del camión cuando este explotó”, indicó en un comunicado la comisión rusa que investiga el hecho.
El texto precisa que los muertos posiblemente son pasajeros de un automóvil que estaba al lado del camión que detonó. Dos cuerpos, un hombre y una mujer, fueron recuperados del estrecho de Kerch, zona por la que pasa el puente.
El organismo, encargado de las principales investigaciones penales en Rusia afirmó también haber identificado el camión y a su propietario, sospechosos de estar detrás de la explosión.
El dueño sería un habitante de la región de Krasnodar, en el sur de Rusia. “Se abrió una investigación sobre su lugar de residencia. Se está estudiando el trayecto del camión y los documentos pertinentes”, añadieron los investigadores.
Emblema de la anexión rusa
El puente sobre el estrecho de Kerch, inaugurado en 2018 y construido por orden del presidente Vladimir Putin, es el símbolo de la anexión de esta península ucraniana por parte de Rusia en 2014.
Esta estructura es esencial para el transporte de personas y mercancías hacia la península, pero también para el aprovisionamiento de las tropas rusas desplegadas en Ucrania.
Kiev no reivindicó el ataque, pero varios responsables formularon comentarios irónicos y burlones. La oficina ucraniana de correos dijo que fabricaría un sello para celebrar la ocasión y que tenía ya listo el diseño, consignó la agencia de noticias AFP.
“Todo lo que es ilegal debe ser destruido, todo lo que fue robado debe ser devuelto a Ucrania”, comentó en Twitter Mijail Podoliak, asesor del presidente ucraniano Volodimir Zelensky.
Horas después, el mismo funcionario sugirió que Moscú podría estar implicado en la explosión: “Conviene señalar que el camión que explotó, según todos los indicios, entró al puente desde el lado ruso. Es en Rusia donde hay que buscar respuestas”.
“Los tanques de combustible están en llamas. ¡Parte de la calzada también fue destruida! ¡Todo será Ucrania!”, indicaron por su parte las fuerzas aéreas de Kiev.
Estas reacciones llevaron a la portavoz de la diplomacia rusa, Maria Zajarova, a considerar este hecho como una muestra de la “naturaleza terrorista” de las autoridades ucranianas.
El jefe de la Asamblea de Crimea, el parlamento regional instalado por Rusia, Vladimir Konstantinov, no tardó a su vez en denunciar lo sucedido como un golpe de “vándalos ucranianos”.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, indicó rápidamente a la agencia Ria Novosti que Putin ordenó la creación de una comisión gubernamental para esclarecer los hechos.
Casi al mismo tiempo de la explosión en el puente, el Kremlin anunció el nombramiento de un nuevo comandante al mando de la invasión en Ucrania.
“El general del ejército Serguei Surovikin fue nombrado comandante del agrupamiento combinado de tropas en la zona de la operación militar especial” en Ucrania, anunció el vocero del Ministerio de Defensa ruso, Igor Konashenkov.
Surovikin, de 55 años, es un veterano de la guerra civil en Tayikistán de los años 90, de la segunda guerra de Chechenia (años 2000) y de la intervención rusa en Siria, lanzada en 2015.
Esta decisión se produjo tras una serie de derrotas frente a la contraofensiva ucraniana: Rusia fue expulsada de la mayor parte de la provincia de Jarkov y perdió el control de unos 500 kilómetros cuadrados en Jerson.