A poco de cumplirse un año del comienzo de la guerra entre Rusia y Ucrania, las perspectivas de paz parecen alejarse.
Hasta ahora, nadie ha sido capaz de negociar eficazmente al menos un alto el fuego.
Pero desde el comienzo, Recep Tayyip Erdogan, el presidente de Turquía, confía en sus habilidades como el mediador de una negociación en la búsqueda de paz.
Los resultados de sus últimas conversaciones con Vladimir Putin y Volodimir Zelensky para proponerles estos diálogos, sin embargo, no tuvieron el efecto buscado.
El ruso, exigió como condición para sentarse a conversar “el reconocimiento de las nuevas realidades territoriales” por parte de Kiev, en referencia no sólo a la soberanía de Crimea, sino a los referéndums que llevó a cabo este año, que incorporaron territorio ucraniano a la Federación Rusa.
Zelensky también le acercó a Erdogán una demanda previa a cualquier negociación: que Vladimir Putin no sea el mandatario ruso.
Mientras tanto, se agrava el número de víctimas mortales del ataque ucraniano de ayer contra el centro de entrenamiento ruso de Makiivka. Los soldados muertos, según el Ministerio de Defensa de la Federación Rusa, citado por Tass, son 89.
Una tregua fallida
Ayer, Vladimir Putin ordenó a su ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, establecer una tregua en Ucrania por la Navidad ortodoxa.
El cese al fuego entrará en vigor a lo largo de toda la línea de contacto entre las 12:00 del 6 de enero y hasta las 24:00 del 7 de enero.
Unas horas antes del anuncio de la tregua, el patriarca de Moscú, Kirill, propuso establecerla entre las partes involucradas en el conflicto.
Rusia llamó a la parte ucraniana a que también imponga un alto el fuego, para que los creyentes puedan visitar iglesias en la Nochebuena y el día de la Natividad de Cristo que los cristianos ortodoxos celebran el 6 y el 7 de enero.
Sin embargo, Kiev respondió con un rechazo rotundo a todas las propuestas de alto al fuego, alegando que Rusia busca aprovechar la Navidad para frenar el avance de las tropas ucranianas en el Donbás.
Armas, armas, armas
La crisis ucraniana volverá a estar sobre la mesa del Consejo de Seguridad de la ONU en una reunión convocada para el 12 de enero, mientras que el ministro italiano de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani, calificó de prematuro “enviar nuevas armas a Kiev”, como pide nuevamente el presidente ucraniano.
El secretario general de la OTAN, Jans Stolberg, se diferenció del italiano y llegó a afirmar que
“Las guerras son impredecibles. Es imposible decir cuándo o cómo terminará la guerra en Ucrania”, reflexionó Stoltenberg durante la Conferencia Anual de la Confederación de Empresas Noruegas.
Sin embargo, sí tuvo una certeza: “Si queremos una solución de paz negociada, en la que Ucrania sobreviva como país democrático independiente en Europa, la forma más rápida de conseguirlo es apoyar a Ucrania. Las armas son, de hecho, el camino hacia la paz”.
Por su parte, las fuerzas armadas rusas y bielorrusas han prorrogado sus maniobras conjuntas hasta el 8 de enero. Las operaciones están en curso desde el 29 de abril, es decir, desde hace 36 semanas.