
La temporada de lluvias que comenzó en Bolivia en noviembre pasado deja hasta el momento 55 personas fallecidas, ocho desaparecidos y 590.529 familias entre damnificadas y afectadas, informó el domingo el viceministro de Defensa Civil, Juan Carlos Calvimontes.
En una entrevista con el canal estatal Bolivia TV, Calvimontes precisó que ya son 55 personas fallecidas a causa de las lluvias, deslizamientos e inundaciones, “ocho personas todavía están desaparecidas y se ha evacuado a 103 familias”, sobre todo en las regiones de La Paz, Santa Cruz y Potosí.
También detalló que las familias afectadas llegan a 419.628 y hay otras 170.901 familias damnificadas, para un total de 590.529 familias que han sufrido algún grado de afectación como consecuencia de las lluvias.
Las familias damnificadas son las que padecen de forma directa el impacto de un evento adverso y los afectados lo sufren indirectamente, según las autoridades bolivianas.
Los daños se registran en las nueve regiones bolivianas, en concreto en 6.174 comunidades, señaló Calvimontes.
El viceministro también recordó que las regiones de Beni, Oruro y Chuquisaca declararon el “desastre departamental” y que La Paz y Santa Cruz decretaron la “emergencia departamental”.
Mientras tanto en Santa Cruz, considerado el corazón productivo del país, los desbordes de ríos han afectado cosechas de soja, arroz y otros alimentos. Esto podría derivar en una crisis de escasez alimentaria que se sumaría a la ya existente falta de combustible en Bolivia.
En el norte de La Paz, una de las primeras regiones en declarar emergencia, las lluvias también han afectado zonas mineras. Las autoridades temen que la situación empeore, ya que los pronósticos meteorológicos indican que las lluvias continuarán hasta mediados de abril, incrementando el riesgo de nuevos desbordes y desastres en las comunidades vulnerables.
En Beni, el gobernador Alejandro Unzueta describió la situación como “caótica”. “Ríos desbordados han provocado severas inundaciones, y en las últimas dos semanas las lluvias intensas han agravado el panorama. Varias comunidades indígenas están afectadas, al igual que la producción de arroz y la ganadería. Muchas pasturas han quedado sumergidas, y será necesario forraje para los animales”, explicó.
De los más de 300 municipios que tiene el país, 232 “están con algún grado de afectación” y se tiene registro de 1.204 viviendas que quedaron “completamente destruidas” por deslizamientos o inundaciones.
Una de las regiones más afectadas recientemente es la amazónica Beni, donde las lluvias inundaron tierras de pastoreo, lo que obligó a los ganaderos a mover a sus reses en barcazas de madera hacia tierras más altas.
El Gobierno boliviano anunció hace unos días que la Armada trabaja en la adecuación de un barco que funcionaba como hospital para poder llevar por río hasta 40 toneladas de ayuda humanitaria a las comunidades indígenas de Beni, ante la imposibilidad de acceder por tierra o aire.