Medio Oriente

Siria: 12 años de una guerra cruenta y continuada

Desde 2011, la fragmentación territorial y los antagonismos e intereses locales e internacionales en juego en Siria sugieren que la guerra civil siria no tiene fin a la vista. Cómo se desarrolla el conflicto y quienes son los actores principales, a 12 años del inicio de una guerra cruenta y continuada.

Desde marzo de 2011, cuando estallaron las primeras protestas en el marco de la denominada Primavera Árabe, Siria afronta un conflicto armado sin final a la vista, en el que se enfrentan múltiples actores locales, regionales e internacionales, en un escenario de enorme complejidad en el que se libran al mismo tiempo una guerra civil, guerras religiosas y guerras por delegación entre potencias y entidades extranjeras.

A lo largo de los últimos 12 años, murieron a causa de los combates entre 470 mil y 600 mil personas, se registraron 6 millones setecientos mil desplazados internos, y hay al menos otros 6 millones de refugiados que huyeron del país.

Todos los bandos participantes, sin excepción, han sido acusados de múltiples violaciones a los derechos humanos, en una guerra en la que la población civil es la que sufre las mayores consecuencias.

Desde la captura en 2019 de los últimos territorios en manos de la organización Estado Islámico, que llegó a controlar vastas porciones de Siria, y la pérdida de influencia de otros grupos jihadistas como Al Qaeda y el Frente al-Nusra, el conflicto principal se libra entre grupos opositores y las fuerzas regulares del ejército sirio.

El gobierno de Bashar al Assad logró resistir en el poder gracias al apoyo de Rusia, Irán y Hezbolláh, aunque a costa de resignar el control sobre un tercio del país. Desde 2015, Rusia lanza ataques aéreos y operaciones terrestres contra las fuerzas enemigas de Assad, en tanto Irán aporta equipamiento militar y Hezbolláh, combatientes experimentados.

Estados Unidos comenzó a intervenir activamente en Siria desde 2014, liderando una coalición integrada también por el Reino Unido, Francia y Jordania, entre otros países, con ataques aéreos y misilísticos contra grupos jihadistas pero también contra las fuerzas de Assad. Y también apoyando a varios grupos insurgentes kurdos y sirios con fondos y armamentos.

Washington llegó a tener 2 mil soldados en Siria y aún hoy mantiene unos 900 hombres. Turquía, por su parte, invadió y aún ocupa parte del nordeste sirio, en su guerra contra grupos kurdos, especialmente contra la milicia Fuerzas de Protección Popular, a la que considera “grupo terrorista”.

A este escenario se suman periódicos ataques aéreos por parte de Israel contra supuestos objetivos iraníes en territorio sirio

El gobierno de Assad controla alrededor del 63 por ciento del país, incluyendo las zonas costeras y las provincias del centro y el sur. Los grupos opositores nucleados en el denominado Gobierno Interino Sirio, de corte nacionalista y apoyado por Turquía, dominan alrededor del 11 por ciento, en tanto la alianza Fuerzas Democráticas Sirias, que incluye a milicias árabes y étnicas de origen kurdo, asirio, y otras minorías controlan cerca del 25 por ciento.

Estas líneas, más allá de combates esporádicos, no han cambiado sustancialmente desde el acuerdo de cese el fuego sellado por Rusia y Turquía en marzo de 2020.
Además de la guerra, desde principios de agosto Siria registra una inflación sin precedentes, un aumento de los combustibles y del resto de los precios de la economía, junto con una caída de la lira siria frente al dólar.

Este panorama así como una incrementada represión estatal alentaron una serie de inéditas protestas contra el gobierno de Assad, que comenzaron en las ciudades de Sweida y Daraa, al sur del país, pero se expandieron a escala nacional.

El mundo árabe, por su parte, mira expectante la crisis siria, y debatió recientemente diversas medidas de ayuda en una cumbre en El Cairo.

Pero más allá de estas iniciativas, el problema es político: la fragmentación territorial y los antagonismos e intereses locales e internacionales en juego sugieren que la guerra civil siria no terminará mientras Bashar al-Assad siga en el poder.