Cultura

Siempre es hoy: la plena vigencia de la obra de Gustavo Cerati

De las entrañas de Buenos Aires al mundo, fue uno de los más grandes exponentes de la música latinoamericana y la poesía urbana en español. Este año cumpliría 65 agostos y su arte sigue dando “vueltas en el universo”.

Siempre es hoy: la plena vigencia de la obra de Gustavo Cerati

Gustavo Adrián Cerati fue un referente del rock y el pop de Argentina, fue el líder de la legendaria banda Soda Stereo y su música y poesía recorrieron el amplio espectro del continente y gran parte del policromático planeta.

Nació en el barrio porteño de Villa Ortúzar el 11 de agosto de 1959. Fue líder, cantante y alma de Soda Stereo, pero además participó en distintos proyectos, como aquel disco con fuerte influencia de la música electrónica “Colores Santos” (1992), que hizo junto a Daniel Melero y al que el crítico Ivan Adaime definió como “un ovni en la escena del rock argentino a principios de los años 90”.

De chico pudo acceder a los más diversos discos de música internacional, ya que su padre, Juan José Cerati, viajaba permanentemente a los Estados Unidos por trabajo, trayendo a su regreso lo último del rock y pop mundial en formato vinilo.

De esos viajes, también obtuvo los más actualizados instrumentos de la época, que forjaron no sólo su vocación de músico y cantante excelso, sino también su condición de gran conocedor e investigador de los diferentes sonidos que se obtenían a través de las nuevas tecnologías de la industria musical.

Junto a Soda, marcó el Rock Nacional para siempre con discos como “Nada personal” (1985), “Signos” (1988), “Canción animal” (1990) y “Sueño Stereo” (1995), entre otros grandes álbumes de extirpe porteña y colores oníricos pintados con pigmentos de toda América Latina.

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En el ‘93 edita su primer disco solista, “Amor Amarillo”, que incluye el conocido tema “Te Llevo Para Que Me Lleves”. Consagrada la disolución de Soda Stereo en 1997, se alejó por un tiempo de los escenarios, pero regresó en 1999 con su nuevo álbum solista titulado “Bocanada”.

En el año 2001 graba “11 Episodios Sinfónicos”, un álbum en vivo, con temas propios y compartidos. Cerati grabó entonces, junto a una orquesta de 43 músicos, versiones de los temas éxito de Soda Stereo transformados a un estilo clásico-sinfónico, junto con canciones de su carrera solista.

En el año 2002 presenta su disco “Siempre es hoy”, con el tema de difusión “Cosas imposibles”. Al año siguiente sale un álbum con nuevas versiones de “Siempre es hoy” y en el 2004 un trabajo de éxitos: “Canciones elegidas 93-04”, su primer CD+DVD.

En 2006 lanza al mercado su nuevo material bajo el nombre de “Ahí Vamos”, presentado oficialmente en mayo en el Estadio Pepsi Music y con el cual cosechó varios galardones y reconocimientos.

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El 1° de septiembre de 2009 lanza “Fuerza natural”, el nuevo disco de estudio compuesto por 13 canciones, para el sello Sony Music. Este disco, quizá su obra cumbre, se caracteriza por un sonido folk con presencia de guitarras acústicas y mandolinas. Fue certificado con disco de oro en Argentina por vender más de 20 000 copias en su primera semana de lanzamiento y más tarde alcanzaría el de platino.

En la madrugada del domingo 16 de mayo de 2010 sufrió un ACV (accidente cerebrovascular), tras presentarse en concierto en Caracas, Venezuela, gira bautizada con el mismo nombre que su último disco.

El 4 de septiembre de 2014 se paralizó el mundo de la música, se vistió de luto el Rock Nacional, se detuvo el vuelo de las metáforas y el día comenzó a flotar. Cerati ya no era él, decidió separarse de la especie por algo superior, se convirtió en canción urgente, en un millón de años luz y, como el fuego reflejado en el agua, su voz quedó inmortalizada en el vértigo de la eternidad.

Falleció por un paro respiratorio, tras dos años internado en la clínica ALCLA de la Ciudad de Buenos Aires, bajo tratamiento multidisciplinario para provocar respuestas neurológicas. Eso decía el parte oficial, pero sus melodías resuenan hoy y todos los días en las cosas brillantes que siempre salen de repente, como la geometría de una flor.