Ha sido una campaña que ha dividido al país entre el profesor y sindicalista de izquierda Pedro Castillo, la sorpresa de las elecciones, que ha sintonizado con buena parte de la población por su origen popular y su mensaje de cambio del modelo neoliberal, y la derechista Keiko Fujimori, la hija del encarcelado exdictador Alberto Fujimori, que defiende la continuidad de ese modelo neoliberal que su padre impuso hace treinta años. La izquierda en su conjunto se ha unido alrededor de Castillo, y del otro lado la derecha política, económica y mediática ha cerrado filas con el fujimorismo.