
Minutos después del gol anulado a Enzo Pérez en el comienzo del clásico del domingo ante San Lorenzo, se lesionó Maximiliano Salas y encendió las alarmas en el mundo River. Este lunes le hicieron estudios al delantero y trascendió que sufrió un esguince en la rodilla izquierda.
A los 18 minutos Salas acusó un fuerte dolor muscular y pidió el cambio. El ex Racing tuvo que dejar el campo de juego y llegó al banco de suplentes golpeando una butaca, exponiendo su bronca por la lesión. En su lugar ingresó Miguel Borja, que fue amonestado al minuto.
El delantero de 27 años terminó con hielo en la zona y habló en todo momento con Jorge Bombicino, el médico del equipo. Su cara, al salir del campo de juego, era de preocupación, al igual que la de Gallardo.
Sin embargo, tras los chequeos preliminares llegó el alivio para River: el jugador salió con una sonrisa de la clínica y se sacó fotos con los hinchas amablemente, una suerte de aviso de que no fue nada de gravedad como se temía.
Enseguida se supo que se trata de un esguince que a priori lo marginará de las canchas por tres semanas. Si bien es un dolor de cabeza para Gallardo, que lo perdería ante San Martín de Tucumán (Copa Argentina), Independiente, Libertad en Asunción y Godoy Cruz. Lo bueno es que no es una lesión grave.
El principal problema, pensando en los próximos objetivos de River, es que no podrá jugar el primer cruce de los octavos de final de la Copa Libertadores. No obstante, para ese entonces el Muñeco ya espera tener a Sebastián Driussi a disposición.