La ciudad fantasma donde las fuerzas ucranianas resisten es el centro de una de las batallas más sangrientas del conflicto se llama Bajmut. Los rusos la llaman Artemivsk.

El pasado diciembre, el presidente Volodímir Zelenski reconocía que “no queda un solo lugar de Bajmut que no esté cubierto por sangre”, dando cuenta de la crítica situación en un lugar donde los muertos a ambos lados de se cuentan por miles. Imágenes tomadas por drones rusos dan cuenta de la devastión.

Drone footage published by the Russian state media showing the current state of Bakhmut. There's nothing left to fight over but ruins. pic.twitter.com/zm2IU3lCzW

— Kevin Rothrock (@KevinRothrock) February 26, 2023

Sin embargo, es un área estratégica para el aprovisionamiento para dos enclaves: las ciudades de Sloviansk y Kramatorsk.

En Bajmut, el frente ruso está mayormente compuesto por tropas del Grupo Wagner, un ejército privado de mercenarios y voluntarios rusa. Estados Unidos estima que el grupo tiene unos 50.000 soldados que operan en Ucrania, incluidos 10.000 contratistas y 40.000 convictos.

Y todo indica que pese a la cantidad monumental de bajas, aseguraron casi la totalidad del territorio, lo que les permite controlar Donestk por completo.

En respuesta, las tropas ucranianas planean una próxima retirada, Y Zelensky despidió sin ceremonias ayer al comandante que regía sobre la ofensiva en Donbass.

El ejército ucraniano puede realizar una “retirada estratégica” de Bakhmut, ratificó Alexander Rodnyansky, asesor en temas económicos del presidente de Ucrania.

“Hasta ahora [las Fuerzas Armadas] están reteniendo la ciudad, pero si es necesario, se replegarán estratégicamente, porque no vamos a sacrificar a toda nuestra gente así como así”, dijo Rodnyansky.

El asesor presidencial también agregó que incluso si las Fuerzas Armadas de Ucrania se retiraran de la ciudad, las fuerzas rusas no podrían avanzar rápidamente. “No lo duden, nuestra contraofensiva no está lejos”, agregó.

Ataques cargados de simbolismo

Según el Ministerio de Defensa de Rusia, en la noche del martes, dos drones que habían atacado infraestructura civil, cayeron en los territorios rusos de Krasnodar y Adygea, inutilizados.Los dispositivos perdieron el control y se estrellaron contra el suelo.

Su presencia en los cielos rusos es un duro mensaje de Ucrania y el ataque se convirtió en el más masivo hasta la fecha: al menos 7 drones lanzados en un corto espacio de tiempo.
El efecto militar del ataque fue mínimo pero fue la primera prueba de la preparación del ejército ucraniano para lanzar drones en un frente amplio.

A juzgar por los datos disponibles, Ucrania aún no tiene una cantidad suficiente de drones de ataque, pero está a la espera de recibir equipos de sus aliados de la OTAN.

Es destacable el uso de un drone UAV israelí, que, además, indica que Tel Aviv podría haber roto su neutralidad.

Según la agencia rusa RIA Novosti, uno de los UAV (vehículos voladores no tripulados) fue visto en el área del depósito de petróleo de Rosneft en Tuapse, Krasnodar, donde produjo un incendio de depósitos de petróleo.

El ejército ruso dice además que impidió “un intento de llevar a cabo un ataque masivo con drones” en Crimea, según afirma en el resumen del Ministerio de Defensa de la Federación Rusa de ayer.

Según la información, los sistemas de defensa aérea derribaron 6 drones de ataque ucranianos y 4 más fueron desactivados por la guerra electrónica.

El ejército no proporcionó más detalles sobre el ataque.

En Briansk, un grupo ucraniano llegó a aventurarse en esa localidad fronteriza rusa y tomar rehenes en un centro de salud del poblado.

El Kremlin dice que se están tomando medidas para “destruir a los terroristas ucranianos” que habrían organizado el ataque transfronterizo.

Las agencias de noticias estatales citaron a funcionarios rusos que dijeron anteriormente que las fuerzas rusas estaban luchando contra un grupo de sabotaje ucraniano que se había infiltrado en la región de Briansk.

El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo que Putin estaba recibiendo actualizaciones periódicas de las agencias de seguridad y del ministro de Defensa, Sergey Shoigu, sobre la situación.

Peskov negó los informes de que Putin planeaba celebrar una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad el jueves, pero dijo que tendría una reunión del consejo el viernes cuando se reúna regularmente.

Otras reuniones sí tuvieron lugar, como la del secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken, y el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov, que hablaron durante menos de 10 minutos en la reunión del G20 en Nueva Delhi, de acuerdo a un alto funcionario del Departamento de Estado de EE. UU.

En la reunión, Blinken enfatizó a Lavrov que Washington está preparado para apoyar a Ucrania para que se defienda “por el tiempo que sea necesario”, dijo el funcionario.