Carlos Eduardo Robledo Puch, el mayor asesino múltiple de la historia criminal argentina y sentenciado a reclusión perpetua por más de una decena de homicidios, quiere morir en libertad.
Diego Dousdebes y Martín Ebra, abogados de Robledo Puch, solicitaron la libertad condicional ante la sala I de la Cámara de Apelaciones de San Isidro con el argumento de que ya cumplió 70 años y “pasó más de 50 en prisión”.
“Quiero morir en libertad, no quiero morirme preso”, le dijo “El Ángel de la Muerte” cuando los abogados lo visitaron en la Unidad 26 de Olmos.
Según la presentación de los letrados –difundido por la agencia pública de noticias Télam-, el argumento es que la pena está “agotada” ya que cumplió los 35 años que fija como tope el Código Penal para los condenados a reclusión y prisión perpetua.
“Más allá de que los crímenes que pueda haber cometido hayan sido aberrantes, a él se le impuso una pena que no tiene punto final. Él fue condenado en tiempos de dictadura, donde había otros parámetros de legalidad que por suerte no rigen ahora. Me pregunto por qué nunca se ha revisado esta pena”, dijo el abogado Dousdebes a Télam.
Los defensores solicitaron que, de manera subsidiaria, Robledo continúe con el cumplimiento de la pena en un domicilio, en función del artículo 10 del Código Penal que posibilita a los mayores de 70 años y con problemas de salud gozar de ese beneficio.
“Es una persona anciana. Tiene 70 años, pero aparenta 90. Está muy deteriorado física y psicológicamente. De alguna manera, esa situación acusa los 50 años que pasó detenido”, señaló Dousdebes sobre el estado de salud de su defendido y agregó: “Te das cuenta cómo el sistema destruye a una persona. Porque no resocializa, no readapta y no reinserta a nadie. No es con Robledo. Pasa con todos los presos.”
Dousdebes asumió en el último verano la defensa de Robledo, quien lo contactó por recomendación de otros internos de la Unidad 26.
Los abogados solicitaron que se “cumpla con el procedimiento habitual que se realiza con todos los presos” ante un pedido como el que hicieron que demandan un peritaje psicológico, otro psiquiátrico y un tercero socio-ambiental.
“La última pericia que le realizaron a Robledo fue psiquiátrica y tuvo lugar en 2016. Lo que dice este informe es que él tiene dos niveles de tratamiento: uno es el trastorno de personalidad, que es de base y no es tratable; pero está asociado con su estado de ánimo, que sí puede ser tratado psiquiátricamente con una medicación determinada y con entrevistas semanales con un especialista”, explicó el abogado.
Sin embargo, Dousdebes advirtió que “Robledo nunca recibió ningún tratamiento ya que Servicio Penitenciario nunca consideró necesario tratarlo en base a su patología o para prepararlo para su reinserción.”
El defensor remarcó: “Robledo quiere terminar sus días en libertad. Estamos aguardando por una respuesta de la Cámara en los próximos días. Necesitamos instalar este tema en los medios porque es una manera de que el Poder Judicial no resuelva puertas para adentro y a espaldas de la sociedad.”
Robledo Puch fue detenido el 3 de febrero de 1972 y generó entonces un revuelo social a medida que se conocía el historial delictivo que había protagonizado con otros dos cómplices, al menos, desde mayo de 1971.
En 1973 logró fugarse del penal de Olmos pero fue recapturado a las 68 horas.
En noviembre de 1980, la sala I de San Isidro lo condenó a perpetua por homicidio calificado reiterado (10 hechos); tentativa de homicidio calificado; homicidio simple; robo simple cometido en forma reiterada (16 hechos); robo calificado; violación calificada; tentativa de violación calificada; rapto reiterado (dos hechos); abuso deshonesto; hurto simple reiterado (dos hechos) y daño.
La vida de Robledo fue llevada al cine a través del filme “El ángel”, interpretada por el actor debutante Lorenzo Ferro y dirigida por el realizador Luis Ortega.