Brasil

Revés político en el Senado para la gestión ambientalista de Lula

Se aprobaron modificaciones a la estructura del Gobierno que diluyen el poder de los ministerios de Medio Ambiente y Pueblos Indígenas y los despojan de atribuciones clave.

El Senado de Brasil aprobó modificaciones a la estructura del Gobierno, que diluyen el poder de los ministerios de Medio Ambiente y Pueblos Indígenas y los despojan de atribuciones clave, un gran revés para el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, que se comprometió a priorizar la preservación de la Amazonía ante la comunidad internacional.

El texto fue aprobado por 51 votos a favor, 19 en contra y una abstención, luego de que anoche fuera aprobado por la Cámara de Diputados por 337 votos a favor y 125 en contra.

La medida será enviada al presidente Lula da Silva para la promulgación.

Pese a las pérdidas, la iniciativa aprobada, un decreto presidencial modificado por los parlamentarios, permite al gobierno mantener sus 37 ministerios.

Este jueves era la fecha límite para que el Congreso decidiera sobre el tema; de no haberlo hecho, se podría haber instalado un caos administrativo, con el regreso a la estructura de 23 ministerios heredada del expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro, sin uno dedicado a los pueblos indígenas o al medio ambiente.

El texto aprobado en el Senado establece que el Ministerio del Medio Ambiente dejará de tener bajo su control a la Agencia Nacional del Agua (ANA), que será supervisada por la agencia al Ministerio de Integración y Desarrollo Regional, y el Registro Ambiental Rural, obligatorio para todas las propiedades y posesiones rurales, será transferido al Ministerio de Gestión e Innovación en los Servicios Públicos.

También perderá el Sistema Nacional de Información sobre Saneamiento Básico (Sinisa), el Sistema Nacional de Información sobre Gestión de Residuos Sólidos (Sinir) y el Sistema Nacional de Gestión de Recursos Hídricos (Singreh), que estarán bajo la órbita del Ministerio de las Ciudades, según informó Agencia Brasil.

En tanto, el Ministerio de los Pueblos Indígenas ya no se ocupará de la ratificación de tierras pertenecientes a los pueblos originarios, las cuales serán devueltas al Ministerio de Justicia y Seguridad Pública.

Además, habrá una redistribución de atribuciones de la Empresa Nacional de Abastecimiento (Conab) -que pasó a estar vinculada al Ministerio de Desarrollo Agrario- al Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento (MAPA), al que antes pertenecía la empresa.

Según la iniciativa, el MAPA será responsable de garantizar los precios mínimos, con excepción de los productos de la sociobiodiversidad, y las acciones de comercialización, abastecimiento y almacenamiento de los productos, así como el manejo de la información relacionada con los sistemas agropecuarios.

La votación de hoy marcó la segunda derrota legislativa para la agenda ambiental del Gobierno, después de que los diputados aprobaran anteayer un proyecto de ley que limita la demarcación de tierras indígenas, relanzada por Lula tras varios años de paralización.

La iniciativa establece que las tierras reservadas a las comunidades originarias deben restringirse a aquellas ocupadas por indígenas al momento de la promulgación de la Constitución vigente, en 1988.

Los indígenas denuncian que muchas comunidades no se encontraban en sus tierras en 1988 porque fueron expulsadas a lo largo de los siglos, especialmente durante la dictadura militar (1964-1985).

Este “marco temporal” compromete los derechos de los pueblos originarios, cuyos territorios actúan como barreras contra la deforestación, según ambientalistas.

Al llegar al poder en enero, Lula designó al frente de Medio Ambiente a Marina Silva, figura emblemática de la lucha contra el cambio climático en Brasil, y dio a la dirigente indígena Sonia Guajajara las riendas del nuevo ministerio de Pueblos Indígenas.

El optimismo internacional generado por esos nombramientos, no obstante, chocó con la realidad política de Lula, quien pese a haber cedido algunos ministerios y altos cargos a partidos de centroderecha, no pudo garantizar una mayoría legislativa en varios asuntos.

“No es que su base de apoyo está desarticulada, es que Lula no tiene base alguna en el Congreso” más allá de los partidos de izquierda y centroizquierda que apoyaron su candidatura, sostuvo el analista político Leandro Gabiati, director de la consultora Dominium.