El triunfo de Delfina Gómez en el Estado de México marca un hito histórico: significa el destierro del Partido Revolucionario Institucional (PRI) del estado más poblado del país, un territorio que gobernó durante nada menos que 94 años.
También marca el sostenido avance de Morena, el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), que ya gobierna 22 de los 32 estados mexicanos, y que se convirtió en la fuerza política preponderante del país en apenas 10 años de existencia.
Por si fuera poco, la gran ganadora del domingo pasado, una de sus alfiles más cercanas, se convirtió en la primera gobernadora mujer del estado donde viven casi 17 millones de habitantes, y que contiene el mayor caudal electoral mexicano.
Delfina Gómez es también un hito en sí misma, y lo es para el propio AMLO, quien deberá abandonar el poder el año que viene.
Gómez es maestra, hija de un albañil y de una costurera. Nació hace 60 años en el seno de una familia pobre en Texcoco, al oriente del Estado que hoy le toca gobernar. Allí mismo fue directora de una escuela pública hasta 2012, cuando fue electa alcaldesa de su ciudad por el Partido de la Revolución Democrática, que por entonces lideraba AMLO.
Desde entonces se mantuvo fielmente al lado del ahora presidente y líder de Morena. Fue diputada, luego senadora y finalmente secretaria de Educación Pública hasta septiembre de 2022.
En 2017 ya había intentado gobernar el Estado de México, pero perdió en las elecciones por apenas 170 mil votos frente al actual gobernador, Alfredo del Mazo. Esta vez logró el batacazo por un margen de casi 10 puntos frente a Alejandra del Moral, la candidata de la coalición que integra el PRI junto a los Partidos Acción Nacional, Revolución Democrática y Nueva Alianza.
Gómez asumirá el 16 de septiembre la gobernación del Estado no sólo más poblado, sino de uno de los más castigados por la pobreza, la inseguridad, los femicidios, el crimen organizado, entre otras deficiencias estructurales como en el transporte público y en el acceso a la salud.
En términos electorales, este gran triunfo posiciona de forma casi imbatible al partido de AMLO en las presidenciales del año que viene. Sin embargo, en un país con un principio básico de “no reelección” desde la revolución mexicana de 1910, la interna por quién lo sucederá marca uno de los principales problemas que podría encarar su partido de cara a 2024.
La contienda dentro de Morena tiene por ahora a tres claros protagonistas: la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum; el canciller, Marcelo Ebrard y el ex diputado Ricardo Monreal. Habrá que ver si Delfina Gómez entra con más fuerza en esa disputa después de su grandilocuente triunfo.
Mientras tanto, AMLO asegura que el candidato a reemplazarlo por los subsiguientes seis años no será elegido a dedo, sino según un sistema de encuestas. La gran pregunta que se hacen los analistas es si su partido seguirá con la misma cohesión una vez que ya no esté él para unificarlo.