Política

¿Quién era Facundo Molares, el militante que murió tras la represión de la policía porteña?

Falleció poco después de la represión en el Obelisco, cuando un pequeño grupo de personas de Rebelión Popular y otras agrupaciones realizaba una asamblea pacífica. Fotoperiodista y excombatiente de las FARC, tenía 48 años.


Facundo Molares Schoenfeld creció en José C. Paz, en el conurbano bonaerense, hasta que en su adolescencia su familia se mudó a Trevelin, en Chubut, en donde terminó la escuela secundaria.

Sus propias inquietudes y la influencia de su padre Hugo, quien trabajó en un hospital de Ciudadela y en la dictadura cívico-militar estuvo cerca de ser secuestrado por su rol como delegado de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), lo incentivaron a volcarse a la militancia política y sumarse a la Federación Juvenil Comunista.

“De pibe miraba los chicos comiendo la basura y decía, ¿por qué? La gente viviendo en la calle entre cartones, ¿por qué tiene que pasar esto?”, contó días atrás al describir el argumento que lo movilizó a formar parte de un grupo armado que -dijo- persigue “cambios de raíz”.

Repudios en todo el país. CABA, 10 h en el Obelisco. Todos y todas a la movilización: Justicia por Facundo Molares

“A los 18 vuelvo a Buenos Aires. Viví con una chica, nos separamos, trabajé de mozo, después no tuve laburo y tenía unos pesos guardados. Había pasado el 2001 y dije ‘otra crisis como esta no'”, recordó, durante una entrevista concedida a la agencia de noticias Télam, la “combinación de cuestiones” que promovió su viaje a Colombia, una decisión que, igualmente, le “costó mucho”.

A los 25 años, Molares se contactó con un representante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que visitó Argentina en 2002 y ese encuentro derivó en su viaje a la selva colombiana, en donde desempeñó tareas como organizador político, colaborador en la asistencia a campesinos y en el armado de centros estudiantiles y del movimiento obrero.

Molares Schoenfeld, el argentino que durante 15 años integró las FARC, nunca se arrepintió de haberse internado en la selva colombiana. Y así lo contaba: “Duele el sacrificio. No es gratis, perdés todo. Yo no tengo familia, hijos, casa, auto. Nada. Tengo 300 libros que son todos mis bienes. Y un cepillo de dientes que cambio cada tres meses”.

Foto Cris Sille

El único integrante argentino de la guerrilla colombiana del que se tenga registro sostenía que a pesar de “ser muy sacrificado” y de “no tener nada”, volvería a participar de una experiencia insurgente porque es “lo más lindo” que hizo en su vida.

El exmiembro de las FARC, apodado por sus compañeros ‘Camilo el Argentino’ , señalaba que “en ningún momento” dejaría la militancia política porque eso era “traicionarse” a sí mismo.

“Empezar una fuerza política es muy difícil, cuesta. Con poca gente, pocos cuadros y poca plata. No tenés nada firme a lo que asirte, pero vamos”, afirmaba Molares, que integraba el Movimiento de Rebelión Popular, un agrupamiento que se separó del Partido Comunista.

Foto Eliana Obregon

Cuando en noviembre de 2019 se desencadenó en Bolivia el golpe de Estado contra el entonces presidente Evo Morales, Molares fue tentado por unos colegas fotógrafos a quienes conocía para que ingresara a tierras bolivianas para cubrir los acontecimientos.

Durante la cobertura de la represión a las protestas de los simpatizantes del MAS y en medio de enfrentamientos en la localidad de Montero, en Santa Cruz de la Sierra, Molares recibió tres disparos, perdió el 80% de la visión de su ojo derecho y permaneció internado y en coma durante 23 días.

“Hubo coincidencias que me perjudicaron. Esos días Evo Morales estaba en Buenos Aries y había dicho que frente a la desobediencia constitucional de las fuerzas armadas debía formarse una milicia popular. Les caí como anillo al dedo”, explicaría sobre el año con prisión preventiva que estuvo detenido en la cárcel de máxima seguridad de Chonchocoro, durante el Gobierno de facto de Jeanine Áñez.

Un mes después de la salida de Áñez, y luego del alegato a su favor que realizó el cónsul argentino Roberto Dupuy, el reportero gráfico y exguerrillero recuperó la libertad en Bolivia el 2 de diciembre de 2020.

Molares volvió a Trevelin, pero el 7 de noviembre de 2021 fue detenido por la Policía Federal a partir de una orden de Interpol, en base a un pedido de arresto del Poder Judicial de Colombia.

El exFARC era acusado del secuestro del concejal Armando Acuña, ocurrido en marzo de 2009 en el suroeste colombiano, y pasó casi ocho meses preso en la Unidad Penitenciaria Federal Nº 6 de Ezeiza a la espera del veredicto del juicio por su extradición al país cafetero.

El viernes 8 de julio de 2021 los abogados de Molares fueron notificados por la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) de su rechazo al pedido de extradición, lo que provocó que el 29 de julio del 2022 el juez federal de Esquel Guido Otranto ordenara finalmente su excarcelación.

La Jurisdicción Especial para la Paz, también conocida como Justicia Especial para la Paz, es el mecanismo por el cual se investiga y juzga a los integrantes de las FARC, miembros de la Fuerza Pública y terceros que hayan participado en el conflicto armado interno de Colombia.

Este jueves 10 de agosto de 2023, a los 48 años, en el marco de una asamblea pacífica de la agrupación Rebelión Popular en el Obelisco, Facundo Molares perdió la vida tras la brutal represión de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires.