Ante el juez federal Daniel Rafecas, el ex funcionario a cargo de la unidad ejecutora de la construcción del gasoducto prestó testimonio como testigo y negó haber recibido presiones para favorecer la negociación con la empresa Techint. Pronsato estaba en el centro de las miradas porque su renuncia, previa a la de Kulfas, había generado suspicacias en torno a posibles hechos de corrupción. Sin embargo, el ingeniero expresó no tener conocimiento de que funcionarios hayan llevado adelante negociaciones que busquen beneficiar a una empresa en particular.
Explicó que el motivo de su renuncia fue por dilaciones en el inicio de la obra. Las demoras en las tomas de decisiones y la falta de coordinación entre los distintos organismos intervinientes generaron retrasos en la construcción del gasoducto.
Además, agregó que el pliego licitatorio es correcto técnicamente en cuanto al pedido de tipo de caños, ya que los correctos para este tipo de obras son de 36 pulgadas. En cuanto a los tiempos de la licitación explicó que “si no se consigue la cañería en un tiempo razonable, o necesario para el proyecto, todo el proceso para lograrlo se alarga inmediatamente; ésta era la primera tarea del ‘camino crítico’: conseguir la cañería”.
Esta declaración se suma lo expuesto por el exministro de Desarrollo Productivo Matías Kulfas, quién señaló ante el juez Rafecas y fiscal Stornelli: “En ningún caso me consta que se hayan producido hechos de corrupción relacionados con la licitación del gasoducto Néstor Kirchner”.