
La Unión Europea (UE) y el Reino Unido resetean sus relaciones bilaterales.
Cinco años después del Brexit que marcó el divorcio entre Londres y Bruselas, las dos partes alcanzaron nuevos acuerdos sobre pesca, energía, movilidad juvenil y defensa.
Los pactos llegan tras unas conversaciones maratónicas que concluyeron solo unas horas antes de que este lunes 19 de mayo iniciara la primera cumbre entre la UE y el Reino Unido.
“Estamos acordando una nueva alianza estratégica adaptada a nuestros tiempos, que ofrece beneficios reales y tangibles en seguridad, migración irregular, precios de la energía, productos agroalimentarios, comercio y más, reduciendo las facturas, creando empleos y protegiendo nuestras fronteras”, anunció el primer ministro británico, Keir Starmer, tras la reunión en el palacete de Lancaster House, en el centro de Londres.
El encuentro también estuvo liderado por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el presidente del Consejo Europeo, António Costa, y la jefa de la diplomacia del bloque, Kaja Kallas.
Los acuerdos
El Entendimiento Común establece los parámetros de las relaciones en una serie de temas bilaterales. En concreto, en temas como la pesca, Reino Unido mantendrá sus aguas abiertas a los pescadores europeos durante 12 años después de que expire en 2026 el acuerdo actual. Se extendería así hasta 2038, un pacto fuertemente criticado por la oposición británica.
Otro elemento central de lo firmado, es el nuevo acuerdo agroalimentario, sobre temas sanitarios y fitosanitarias -conocido como Acuerdo SPS, por sus siglas en inglés, por el que el bloque de 27 países reducirá la burocracia sobre las importaciones de alimentos y bebidas procedentes del Reino Unido.
El territorio británico también aceptará una alineación dinámica con las normas alimentarias de la UE y un papel del Tribunal de Justicia Europeo en la supervisión del acuerdo.
Otro de los acuerdos destacados entre Londres y Bruselas se refiere a una “Asociación de Seguridad y Defensa”, y se produce en un momento en que la UE y Gran Bretaña se apresuran a rearmarse ante la amenaza de Rusia y el temor de que, bajo la presidencia de Donald Trump, Estados Unidos merme su alianza estratégica con Europa.
La asociación en materia de defensa entre las partes debería implicar conversaciones más regulares sobre seguridad, la posibilidad de que Gran Bretaña se una a las misiones militares de la UE y de que Londres aproveche plenamente un fondo de defensa de 150.000 millones de euros (167.000 millones de dólares) que está creando el bloque.
Pero es probable que los detalles se concreten más adelante. Por ejemplo, dar al Reino Unido y a su industria de defensa acceso sin restricciones a los programas de la UE requeriría un acuerdo posterior.