Polonia necesitaba el triunfo después del empate sin goles con México en el debut. Sin embargo, no se apartó un ápice de su libreto: esperar, agruparse y lastimar de contra.
Arabia hizo el mayor desgaste desde lo físico, pero se le nubló la vista a la hora de definir.
Si se observan los porcentajes de posesión de la pelota en los números que acompañan este texto (61% contra 39% a favor de los árabes) se comprenderá enseguida cómo fue el desarrollo del juego.
A tal punto fue así, que Polonia no cayó en el offside como pasó en la primera fecha con Argentina porque, sencillamente, se limitó a contraatacar.
Claro, la eficacia en los dos arcos marcó las diferencias de jerarquía entre los unos y los otros. Atrás Polonia fue sostenido por su enorme arquero Wojciech Szczesny y adelante, cuando tuvo sus chances, no perdonó.