“Sin la presencia del otro, la comunicación degenera en un intercambio de información: las relaciones se reemplazan por las conexiones, y así solo se enlaza con lo igual”, reflexiona el filósofo surcoreano Byung-Chul Han.
Una doble tilde azul o una notificación en el momento indebido pueden alterar la rutina de modo permanente.
De eso, y un poco más, habla “No me llames”, la última obra de la dramaturga y directora Mariela Asensio que puede verse todos los viernes a las 22, en el Teatro del Pueblo (ubicado en Lavalle 3636).
Interpretada por María Figueras, Pablo Toporosi, Vane Butera y Paola Luttini, la pieza pone en sobre el escenario cuatro “breves tragedias virtuales” que invitan a indagar acerca de la adicción a las pantallas.
Una pareja discute por WhatsApp. Tres amigas intentan sobrellevar el desamor a través de las redes. Un matrimonio separado intenta ponerse de acuerdo vía Zoom. Y un grupo de amigos busca concretar un encuentro presencial.
Así, con canciones, sensibilidad y humor, la propuesta construye personajes e historias desopilantes afectadas por la virtualidad.