La Copa del Mundo del 2026 será un evento único en la historia del fútbol ya que habrá varios ingredientes extra: por primera vez serán tres los países anfitriones (Estados Unidos, México y Canadá) y también por primera vez serán 48 las selecciones participantes en lugar de las 32 habituales.
Reunido en Kigali, Rwanda, el Consejo de la FIFA determinó que los equipos serán divididos en 12 zonas de cuatro seleccionados cada uno.
Se clasificarán a los dieciseisavos de final los dos primeros conjuntos de cada grupo y los ocho mejores terceros.
De esta manera, los cuatro países que accedan a las semifinales terminarán jugando ocho partidos en total, en lugar de siete, como hasta ahora.
El formato aprobado hoy no es el original.
Cuando la FIFA resolvió aumentar la cantidad de equipos en la Copa del Mundo, en 2016, se había decidido por 16 grupos de tres equipos cada uno, por lo que los dos mejores seleccionados de cada zona se clasificaban a las instancias eliminatorias.
Sin embargo, la emoción de la última fecha de la fase de grupos de Qatar 2022, sumada a algunas cuestiones deportivas hicieron que los dirigentes revieran su postura. Y mantuvieran los cuatro equipos por zona, como es costumbre. Así, no serán 16 zonas como estaba previsto en un principio, sino 12.
Según el portal brasileño GloboEsporte, hay dos motivos para el cambio en la cantidad de equipos por zona: con tres seleccionados en un grupo alcanzaría con sumar dos empates para clasificarse, una cuestión que redundaría en un juego mucho más defensivo. Esto provocaría que hubiera menos goles y, en consecuencia, menos espectáculo.
Por otro lado, con tres países en una llave, uno de ellos quedaría libre en la última fecha, por lo que las escenas vividas en Qatar con las clasificaciones dirimiéndose en los últimos minutos de dos partidos disputados en simultáneo no volverían a verse. La FIFA quiere mantener esa adrenalina.
Además, los dos seleccionados que disputasen esa última jornada podrían “acordar” un resultado que los clasificara a ambos, una cuestión que los directivos de la FIFA quieren evitar a toda costa.