La líder del ultraderechista Hermanos de Italia y favorita para las elecciones que este domingo serán el primer paso para la formación de un nuevo Gobierno, Giorgia Meloni, cerró este viernes su campaña con una promesa de “terminar el sistema de poder de la izquierda”.
“Si ganamos, su sistema de poder se terminará. La izquierda no tenía hegemonía cultural, sino hegemonía del poder”, planteó Meloni al cerrar su campaña desde el barrio Bagnoli, en Nápoles, una zona históricamente de voto de izquierda, pero que se ha convertido en el eje central de la disputa de todas las fuerzas.
Meloni, de larga trayectoria en las fuerzas de ultraderecha del país pero que moderó notablemente su discurso, busca convertirse en la primera mujer premier de Italia si consigue asegurar el domingo el favoritismo que le otorgan todas las encuestas.
La dirigente romana de 45 años aseguró incluso que ya tiene “pronta” una eventual lista de ministros, aunque sus socios de la coalición le reclamaron pensar “todos juntos” el Gabinete.
Por el momento, la líder de Hermanos de Italia se limitó a plantear que “no habrá ministros de Draghi” en su eventual Gabinete, en referencia al Ejecutivo “de unidad nacional” que encabezó el economista Mario Draghi desde febrero de 2021 hasta su renuncia en julio con apoyo de todas las grandes fuerzas del país, menos Hermanos de Italia.
“Me molesta mucho cuando las herramientas se convierten en un tótem ideológico. Las herramientas son herramientas y se evalúa su utilidad”, planteó también Meloni.
Se refería así al denominado “Plan de Recuperación y Resiliencia”, que ideó Draghi para la salida de la pandemia con intervenciones estatales en sectores clave de la economía y dejó abierta la puerta para modificar la iniciativa que tiene el apoyo del resto de las fuerzas políticas.
Europa, con temor, pero por motivos económicos
La probable victoria de Meloni en las elecciones legislativas del domingo tienen en alerta a los mercados y a la Unión Europea (UE), que le temen más a su discurso euroescéptico y a que se dispare la enorme deuda pública del país que a su praxis neofascista.
Favorita para convertirse en la próxima primera ministra de Italia, la líder de Fratelli d’Italia (Hermanos de Italia) defiende desde hace años la idea de una “Europa confederal”, que respete “la soberanía de los Estados miembros” y los deje decidir sobre la política que afecta directamente a sus ciudadanos.
Las preocupaciones por la ralentización en la implementación de las reformas y por un descontrol de la deuda pública tras las elecciones del domingo han llevado a las agencias calificadoras Standard & Poor’s y Moody’s a rebajar los índices vinculados a la solvencia del país.
Italia se está desmoronando bajo una deuda de más de 2,7 billones de euros, alrededor del 150% del Producto Bruto Interno (PBI), la más alta de la zona euro detrás de la de Grecia.
Por ello la coalición de derechas pide una “revisión de las reglas del Pacto de Estabilidad”, suspendido por la crisis sanitaria, que fijó un techo del 3% del PBI para el déficit y del 60% para la deuda.