El número de víctimas mortales que dejó el terremoto que devastó a zonas de Turquía y Siria subió hasta 35.224, según las últimas cifras oficiales.
Mientras tanto, los socorristas siguen rescantando sobrevivientes de los escombros a pesar de que ya transcurrió una semana del sismo.
Según el balance oficial, la cifra de muertos en Turquía asciende a 31.643 y en Siria a 3.581. Por estos datos, desde el inicio del siglo XXI se trata del quinto cataclismo más grande en el mundo y del más mortal en esa región.
Según las Naciones Unidas, el número de muertes podría duplicarse.
Aunque cada vez es más difícil, todavía se hallan personas vivas entre las montañas de cascotes en ciudades que quedaron destruidas tras el temblor de magnitud 7,8 del 6 de febrero.
La agencia de noticias estatal Anadolu informó que rescatistas lograron sacar a más sobrevivientes de los escombros: un menor y una mujer de 62 años fueron rescatados después de casi siete días atrapados entre la destrucción de edificios colapsados.
Mustafa, de 7 años, fue rescatado en la provincia turca de Hatay, al igual que Nafize Yilmaz, quien fue encontrada con vida en Nurdagi, también en ese distrito. Ambos estuvieron atrapados 163 horas antes de su rescate.
Más de 32.000 personas de organizaciones locales trabajan en los esfuerzos de búsqueda y rescate junto a 8.294 rescatistas del exterior, indicó la Autoridad de Gestión de Desastres y Emergencias (AFAD).
Una brigada con 28 efectivos argentinos, de la Policía Federal Argentina y Cascos Blancos, que depende de la Cancillería, viajó a Turquía para sumarse a los trabajos de búsqueda y rescate de personas.
En la localidad turca de Kahramanmaras, cerca del epicentro, se instalaron 30.000 tiendas de campaña y hay 48.000 damnificados en escuelas y otras 11.500 personas albergadas en centros deportivos.
El vicepresidente turco, Fuat Oktay, dijo que 108.000 edificios fueron dañados en toda la zona afectada por el sismo y que 1,2 millones de personas está siendo albergada en habitaciones estudiantiles y 400.000 damnificados fueron evacuados de la región.
La situación es especialmente compleja en Siria, donde Bab al Hawa es el único punto por el que puede entrar ayuda internacional a zonas bajo control rebelde después de casi 12 años de guerra civil.