Marruecos se abrazó a la alegría, de frente a esas mayorías que se hicieron sentir en el estadio Ciudad de la Educación. Fueron locales los africanos. Y para España los penales dijeron que llegó el final.
Después de los noventa minutos con más intensidad que juego, llegó la media hora de alargue en la que emergieron las tensiones. Pero el cero a cero no se modificó. Ni aún en los últimos minutos, cuando el seleccionado de Luis Enrique apretó el acelerador a fondo.
En ese tramo final del encuentro el arquero Yassine Bounou que juega en el Sevilla, Bono para todo el mundo, fue una muralla. Y más tarde, en la definición por penales, la muralla le dio paso al héroe.
Bono, nacido en Canadá hace 31 años y de ascendencia marroquí, atajó dos penales (el primero pegó en la base del poste) y entonces cuando Hakimi anotó el tercero se terminó la historia.
Bono es hincha de River y le puso “Ariel” a su perro en homenaje Ariel Ortega, quien poco tiempo atrás le envió una camiseta del Millonario con su nombre.
Dirigió el argentino Fernando Rapallini.
La única vez que Marruecos había aterrizado en los octavos de final había sido en México 86. Quedó primero en el Grupo F, que también integraron Inglaterra, Polonia y Portugal.
En aquella oportunidad, en octavos, el equipo africano perdió con Alemania Federal por 1-0.
Ahora, en Qatar 2022, Marruecos fue revelación en la primera fase y quedó en primer lugar del Grupo F (sí, otra vez el F) en el que estuvieron Croacia, Bélgica y Canadá.
A España, en pleno proceso de recambio generacional, se le terminó el sueño del Mundial.