La FIFA prohibió a Dinamarca entrenarse con camisetas con el mensaje “Human Rights for All” (“Derechos humanos para todos”) en el Mundial de fútbol en Qatar, según anunció la propia entidad, a diez días del inicio del torneo ecuménico.

“Hemos enviado una petición a la FIFA, pero la respuesta es negativa. Lo lamentamos, pero debemos tenerla en cuenta”, declaró Jakob Jensen, director general de la DBU (la AFA de ese país).

La entidad aceptará la prohibición para evitar multas y sanciones. “Para mí se trata de una camiseta con un mensaje muy simple sobre los derechos humanos universales”, expresó Jensen.

La FIFA había enviado a principios de noviembre una carta a las federaciones de las 32 selecciones participantes del Mundial Qatar 2022 para recomendar que se eviten manifestaciones “políticas e ideológicas” durante la competencia, prevista del 20 de noviembre al 18 de diciembre.

Fiel al principio de neutralidad que la distingue, la entidad con sede en la ciudad suiza de Zúrich sugirió que sólo “el fútbol ocupe un lugar central” en la agenda de los equipos nacionales, con ánimo de evitar tensiones con el emirato árabe.

Amnistía Internacional rechazó la posición y llamó “a la FIFA y a Qatar a establecer un programa de reparación integral, que incluya indemnizaciones por todos los abusos laborales relacionados con la celebración del torneo en ese país. Además, tanto el Estado como la Federación de fútbol deben garantizar que los abusos no se repitan, ni en Qatar ni en futuros torneos. Finalmente, llama a garantizar los derechos de trabajadores mirantes y de las mujeres, niñas y las diversidades”.

⚽ ¡Se viene #Qatar2022 y la ansiedad es total!

Pero queremos que sea una fiesta para todos y todas, por eso cuando arranque el partido inaugural y las cámaras estén fijas en el estadio, seguiremos denunciando violaciones de derechos humanos en Qatar y en otras partes del mundo. pic.twitter.com/6Sg3QcfRPD

— Amnistía Internacional Argentina (@amnistiaar) November 9, 2022

En octubre, la organización internacional de derechos humanos había renovado los pedidos para cumplir con demandas de índole laboral.

Qatar, anfitrión de la primera Copa del Mundo en Medio Oriente, soporta una resistencia global por la política de derechos humanos, en especial en el trato destinado a las mujeres, trabajadores migrantes de la construcción y los miembros de la comunidad LGBTIQ+.

El suizo Gianni Infantino, titular de la FIFA, aseguró en la carta que todos serán bienvenidos en el país sede “independientemente de su origen, antecedentes, religión, género, orientación sexual o nacionalidad”.

“Sabemos que el fútbol no vive en el vacío y somos igualmente conscientes de que existen muchos desafíos y dificultades de índole política en todo el mundo. Pero por favor no permitan que el fútbol sea arrastrado a todas las batallas ideológicas o políticas que existen”, agrega el mensaje de la FIFA que también lleva la firma de la secretaria general Fatma Samoura.

Infantino exhortó a los miembros de la comunidad del fútbol a “respetar opiniones y creencias, sin dar lecciones morales al resto del mundo”.

La carta no mencionó el pedido de Inglaterra, Gales y otros seis seleccionados de Europa para que los capitanes porten un brazalete multicolor como reivindicación de la diversidad sexual, en un país que sanciona toda conducta que se aparte de la heterosexualidad.

Además, las federaciones de Alemania, Bélgica, Dinamarca, Inglaterra, Gales, Países Bajos, Portugal y Suiza junto a Suecia y Noruega (no clasificadas) firmaron un comunicado conjunto para presionar a la FIFA a cumplir los derechos humanos y laborales durante el próximo Mundial de Qatar.

Esas entidades integran el grupo de trabajo de la UEFA en defensa de los derechos humanos y laborales.

“Damos la bienvenida a las garantías dadas por el Gobierno de Qatar y por la FIFA con respecto a la seguridad y la inclusión de todos los aficionados que viajan a la Copa del Mundo, incluidos los aficionados LGBTQ+”, remarcan las federaciones europeas.

Pero “abrazar la diversidad y la tolerancia también significa apoyar los derechos humanos, que son universales y se aplican en todas partes”, agregaron.

Luego, los europeos recordaron la promesa de la FIFA de retribuir a los trabajadores que participaron de las obras para el Mundial.

“La FIFA se ha comprometido repetidamente a brindar respuestas concretas sobre estos temas (el fondo de compensación para trabajadores inmigrantes y el concepto de un centro de trabajadores que se creará en Doha) y seguiremos presionando para que se den”, aseguraron.

“Creemos en el poder del fútbol para hacer más contribuciones positivas y creíbles al cambio progresivo y sostenible en el mundo”, concluyen los representantes de la UEFA.

Esta semana, Khalid Salman, un ex futbolista qatarí devenido en embajador de la Copa del Mundo, declaró que “la homosexualidad es un daño en la mente” y un “haram”, un pecado prohibido en el Islam. Salman aclaró que su país tolerará a los visitantes homosexuales “pero tienen que aceptar nuestras normas”.

En Qatar, la homosexualidad masculina es ilegal, con multas y castigos de hasta tres años de prisión e incluso los musulmanes qataríes pueden ser condenados a muerte bajo la sharia, la ley islámica, por relaciones sexuales extramatrimoniales más allá de su orientación sexual.

El emirato que gobierna el pequeño pero poderoso reino del Golfo desde la independencia como protectorado del Reino Unido, en 1971, no reconoce el matrimonio igualitario y tampoco permite que la gente haga campaña por los derechos del colectivo LGTBIQ+. En

En octubre, un informe de Human Rigths Watch denunció la brutalidad policial sistemática contra esta comunidad documentando al menos seis casos de apremios ilegales entre 2019 y 2022, el último en septiembre de este año.

Al margen del respeto a la diversidad sexual, también preocupa desde hace años las violaciones a derechos laborales. En febrero de 2021, Amnistía Internacional informó que al menos 6.500 trabajadores inmigrantes procedentes de India, Nepal, Pakistán, Sri Lanka y Bangladesh murieron en el sector de la construcción desde que Qatar fue designada sede de la Copa del Mundo 2022.

Con una población cercana a los 3 millones de habitantes, solo el 10% de la población es de origen qatarí y la fuerza de trabajo es mayormente extranjera.

Las condiciones laborales son insalubres, con temperaturas que alcanzan 50 grados centígrados a la sombra en algunos meses del año, y se suma el sistema de kafala, que establece que la persona contratada dependa por completo de la empresa contratista habilitada incluso a quitarle su visado.

El emir Tamin bin Hamad al Thani asegura que su país es sometido a una campaña en contra sin precedentes a la que ningún otro anfitrión ha debido enfrentar en la historia.

Bajo el lema, #PayUpFIFA, Amnistía y otras organizaciones sociales le reclamaron a la Federación Internacional de Fútbol que dedique parte de los ingresos megamillonarios que genera el Mundial a indemnizar a los trabajadores damnificados y a sus familias, una posibilidad que el organismo internacional de fútbol por ahora no descarta.