Finalmente, este jueves, durante una hora y media, Trump y Xi Jinping sostuvieron un contacto telefónico. La llamada entre los líderes de las dos potencias fue largamente esperada y llega tras meses de silencio entre ambos, desde que Trump inició una guerra comercial con Pekín en febrero.
Los medios estatales chinos informaron que la llamada se realizó a petición de la Casa Blanca.
Trump escribió en redes sociales que la conversación de una hora y media se centró principalmente en el comercio y que había “resultado en una conclusión muy positiva para ambos países”.
Xi también pidió este jueves a su homólogo estadounidense durante la llamada telefónica atender las relaciones bilaterales entre Washington y Pekín, indicaron medios estatales.
“Corregir el rumbo del gran barco de las relaciones chino-estadounidenses requiere que lo gobernemos bien y que establezcamos su dirección, sobre todo para eliminar todo tipo de interferencia e incluso destrucción”, dijo Xi a Trump, según la agencia estatal de noticias Xinhua.
El norteamericano también dijo que los equipos comerciales de Estados Unidos y de China mantendrán una nueva reunión “pronto”.
“El presidente Xi nos invitó amablemente a la primera dama y a mí a visitar China”, agregó. “Como presidentes de dos grandes naciones, esto es algo que ambos estamos deseando hacer”. El líder de la Casa Blanca precisó que respondió a Xi con su propia invitación para que visite Estados Unidos.
Taiwán: un punto crítico
El presidente chino pidió a su homólogo estadounidense durante una que sea cuidadoso con Taiwán para evitar posibles enfrentamientos, reportaron medios estatales.
Washington “debería tratar la cuestión de Taiwán con cautela” para evitar que “los separatistas de la ‘independencia de Taiwán’ arrastren a China y Estados Unidos al peligro del conflicto y la confrontación”, dijo la agencia estatal de noticias Xinhua.
Tarifas
Según la agencia estatal de noticias china, Xinhua, Xi habría dicho a Trump que Estados Unidos debería “retirar las medidas negativas que ha tomado contra China”.
El líder chino también le dijo a Trump que China “siempre cumplía sus promesas” y que, dado que se había alcanzado un consenso, ambas partes debían acatarlo, en referencia a un acuerdo reciente entre ambas naciones alcanzado en Ginebra.
Ambas partes se han acusado mutuamente de incumplir el acuerdo destinado a reducir drásticamente los aranceles comerciales, un acuerdo que Trump promocionó como un “reinicio total”.
Esto se produjo después de que Trump aumentara los aranceles a las importaciones de varios países, pero reservara los tipos más altos para China.
Pekín respondió con sus propias tarifas más altas sobre las importaciones estadounidenses, lo que provocó aumentos recíprocos que alcanzaron un máximo del 145 % en algunos productos.
La tregua provisional alcanzada en mayo redujo el arancel estadounidense sobre los productos chinos al 30 %, mientras que Pekín recortó drásticamente los gravámenes a las importaciones estadounidenses al 10 % y prometió levantar las barreras a las exportaciones de minerales críticos. El acuerdo otorgó a ambas partes un plazo de 90 días para intentar alcanzar un acuerdo comercial.
Sin embargo, desde entonces, las conversaciones parecen haberse estancado ante las acusaciones de ambas partes de incumplimiento del acuerdo.