
Las mil muertes de Nora Dalmasso renuncia a la verdad jurídica, que todavía no tiene veredicto y está signada por la presunta prescripción de la causa, para entender una verdad humana sepultada en las distintas versiones de una historia que todavía está en disputa.
La estructura cronológica es la más efectiva en estos casos y la que permite preservar el enigma del desenlace, aun cuando muchas veces sea de conocimiento público.
En favor de esa lógica, el director Jamie Crawford y el equipo de la productora Pulse estructuran las entrevistas de todos los participantes, el material de archivo de la época, las imágenes de lugares y escenarios de interés, y sortean dos vicios que el true crime contemporáneo parece ir erradicando: el uso de reconstrucciones con actores o animaciones y la elaboración de una voz en off de tesis que aspire a una cierta conclusión.
Las claves están en la construcción de los personajes adecuados, en el planteo de un contrapunto que ofrezca tensión y permita al espectador una lectura autónoma, y en el uso de las entrevistas como off, dejando en cada voz reconocible un posible anclaje de lo que se va reconstruyendo.
En ese sentido, la austera intervención de la producción permite un acercamiento equilibrado a lo sucedido, esquivando el sensacionalismo que signó a la causa desde su inicio.
La cronología inicia con el descubrimiento del cadáver de Nora Dalmasso la noche del 25 de noviembre de 2006 en su casa de Villa Golf, en la ciudad de Río Cuarto.
Los datos son los necesarios: la muerte por estrangulamiento; el cadáver desnudo ubicado en la habitación de su hija; la lejanía de sus tres familiares cercanos (Marcelo Macarrón, su marido, en un torneo de golf en Punta del Este; su hijo Facundo en la ciudad de Córdoba; y su hija Valentina en un intercambio estudiantil en los Estados Unidos).
A ello se agrega la pesquisa inicial de la policía, la intervención de la fiscalía, las primeras especulaciones de los medios locales (“Esto iba a pasar, con esos jueguitos sexuales” es el primer comentario que dispara los rumores), y la escalada del caso a nivel nacional, la necesidad del morbo de todo espectáculo mediático.