Italia

Lampedusa, síntesis de la crisis migratoria global

El arribo masivo de los últimos días provocó una situación de hacinamiento y tensión en la isla, puerta de entrada a Europa desde el norte de África. Pero la cuestión va mucho más allá de Italia: por lo pronto, Francia desplegó tropas en la frontera para impedir el ingreso de refugiados, rechazando así el pedido de ayuda de Giorgia Meloni, la líder ultraderechista italiana. Polonia se pronunció en el mismo sentido. El Papa dijo durante su visita a Marsella: “El Mediterráneo se ha convertido en un enorme cementerio”.

Italia atraviesa la peor crisis migratoria en años. Ubicada frente a las costas de África, Lampedusa, que cuenta con unos 7 mil habitantes, registra en las últimas semanas la llegada de más de 12 mil inmigrantes ilegales.

Lampedusa, de unos 20 kilómetros cuadrados, en la más grande de las islas Pelagias, en ese rincón del Mediterráneo entre Sicilia y Túnez.

En lo que va del año ya son 127.000 los migrantes arribados a las costas italianas en barcos precarios desde Túnez, Libia y países subsaharianos que huyen de la miseria, la violencia y las persecuciones que sufren en sus países.

Por eso no extrañaron las expresiones del Papa, este sábado en Marsella: “El Mediterráneo se ha convertido en un enorme cementerio“, afirmó Francisco.

Mientras los inmigrantes permanecen hacinados en el único centro de acogida de la isla, a la espera de su traslado a otros refugios, la tensión con los vecinos de Lampedusa obligó a la Primera Ministra, Giorgia Meloni, a dar respuestas.

Durante la campaña electoral que la llevó al gobierno, la líder ultraderechista había levantado como bandera su oposición frontal a las políticas migratorias de Europa. Ahora, obligada por el desborde de la crisis migratoria, Meloni dio un giro y convocó a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, a tomar cartas en el asunto.

Entre los migrantes llegados a Lampedusa había varios niños (REUTERS/Yara Nardi)

Luego de visitar el centro de recepción de inmigrantes en Lampedusa, la máxima autoridad de la Unión Europea anunció un plan de ayuda que incluye, entre otros diez puntos, apoyar el reparto de inmigrantes desde la isla a otros países a través del mecanismo voluntario de solidaridad.

Además, acelerar las deportaciones de las personas que no tengan derecho a asilo a través de la coordinación con los principales países de origen, además de un mayor combate a las mafias de tráfico de seres humanos haciendo foco en Túnez y Libia, por su cercanía con la isla italiana.

Von der Leyen también aseguró un incremento de la vigilancia marítima y aérea mediante la fuerza europea Frontex.

El gobierno de Giorgia Meloni anunció una inversión de 50 millones de euros para ayudar a Lampedusa y aprobó la apertura de nuevos centros de repatriación de inmigrantes sin papeles y la ampliación del tiempo que podrán ser retenidos a 18 meses.

Unos 6.400 extranjeros que fueron apresados en 2022 al arribar a la isla pasaron en promedio 40 días encerrados en condiciones carcelarias y menos de la mitad fueron repatriados a sus países.

Una mujer atendida por personal de la Cruz Roja en Lampedusa (REUTERS/Yara Nardi)

En el caso de los solicitantes de asilo, el tiempo de permanencia se mantiene en 12 meses. Meloni también anticipó que en los próximos días Italia pedirá al Consejo Europeo que los demás Estados miembro colaboren en la recepción de inmigrantes.

Francia, por lo pronto, desplegó tropas en la frontera para impedir el ingreso de refugiados, rechazando así el pedido de la primera ministra italiana. Polonia se pronunció en igual sentido.

En el plano interno, las últimas medidas del gobierno italiano dispuestas por decreto para frenar el flujo migratorio fueron cuestionadas por las principales fuerzas de la oposición liderada por el Partido Democrático y el Movimiento 5 Estrellas, que las consideran un fracaso.

Organismos de derechos humanos como la Coalición Italiana por los Derechos y Libertades Civiles también sumaron sus rechazos a las medidas de Meloni: consideran que en los centros de detención de inmigrantes se producen graves violaciones a los derechos humanos.