Espectáculos

La Renga copó Avellaneda con un show demoledor y la mística de “los mismos de siempre”

La Renga hizo su esperado regreso anoche al área metropolitana de Buenos Aires con el primero de sus cuatro shows previstos en la cancha de Racing. Un marco multitudinario acompañó una exposición de legendario rock vernáculo, potencia, mística y resistencia.

Desde temprano, los alrededores del estadio de “La Academia” mostraron un clima de fiesta con grupos copando las calles entre cánticos y banderas, mientras uniformados de la policía bonaerense fuertemente armados con cascos y escudos, custodiaban la zona.

La fiesta tomó color definitivo cuando a las 22 el trío conformado por Chizzo Nápoli, Tete y Tanque Iglesias puso a funcionar su demoledora maquinaria de rocanrol sin medias tintas, caracterizado por los riff de guitarras distorsionadas y la granítica base rítmica.

La excusa era poner el punto final a la gira presentación de “Alejados de la red”, el álbum publicado en 2022, que entre otras cosas, llevó al grupo a protagonizar un recordado show en Ushuaia a fines de noviembre. Sin embargo, también se hizo un repaso por toda la historia de la banda.

Es que, si bien la estética de la escenografía replicó la portada del álbum y el grupo incluyó en su repertorio una buena cantidad de temas de ese disco, no faltaron canciones de ninguna de las otras producciones realizadas en sus 35 años de historia.

Foto Cris Sille

Tan sustanciosa es la cantidad de clásicos cosechados a lo largo de los años que, entre los 31 cortes abordados durante el concierto de casi tres horas, el grupo se pudo dar el lujo de dejar afuera temas como “La balada del diablo y la muerte”, “El revelde” y -nada menos que- “Panic Show”, un tema adoptado por el presidente Milei durante su campaña y que genera contradicción con la banda, su historia, discurso y accionar.

Claro que para cuando el show culminó cerca de la una con la elocuente “Hablando de la libertad”, ningún fan podía sentirse decepcionado porque el repertorio fue contundente y no dejó lugar para quejas.

“Buena pipa” y “Tripa y corazón” preanunciaron en el inicio que no iba a haber respiro ni espacio para bajar la guardia. “A tu lado”, “A la carga mi rocanrol” y “El twist del pibe” lo confirmaron.

“Qué lindo tocar acá, tan cerca de casa”, celebró oportunamente Chizzo, quien no necesitó dar discursos para reafirmar posturas y optó por dejar que la potencia de las canciones hablaran por sí solas.

Hubo apenas un acompañamiento con saltos por parte del cantante y guitarrista y de Tete cuando promediando el show, al final de “El rey de la triste felicidad”, el público comenzó a corear de manera unánime “el que no salta votó a Milei”.

Foto Cris Sille

“Estamos en tiempos difíciles”, comentó Chizzo, quien a modo de respuesta inmediatamente ofreció como réplica una visceral interpretación de “Hielasangre”.

Así, entremezclados con temas de “Alejados de la red”, como el mencionado “Buena pipa”, “Elefantes pogueando”, “En bicicleta”, “Flecha en la clave” y “Parece un caso perdido”; fueron apareciendo celebrados clásicos como “El ojo del huracán”, “Voy a bailar a la nave del olvido”, “Corazón fugitivo”, “El rito de los corazones sangrando” y “El juicio del ganso”, entre tantos.

Todos ellos hermanados desde lo sonoro por la estridente guitarra y la fornida voz de Chizzo, la poderosa batería de Tanque y el monolítico bajo de Tete, quien además, como de costumbre, corrió por todo el escenario. A ellos se sumó el saxo y la armónica de Manuel Varela, a esta altura el cuarto “rengo”.

Hacia el final, la efervescencia llegó a su punto culminante con “El viento que todo empuja”, “Oscuro diamante” y “La razón que te demora”. Para los bises quedaron las infaltables “Desnudo para siempre (o despedazado por mil partes)”, “Arte infernal”, “El final es en donde partí” y “Hablando de la libertad”.

La Renga volverá a presentarse en Racing el próximo martes 9, el jueves 11 y cerrará el ciclo el sábado 13; días en los que el regreso de las políticas de los `90 tendrá su correlato en los combativos rituales rockeros que no encontraban desde entonces su lugar exacto.

Foto Cris Sille

 

Con material de Agencia Télam.