
La iniciativa, enviada por Jorge Macri, obtuvo 31 votos afirmativos, 11 negativos y 18 abstenciones. M
isma suerte había corrido en primera lectura, durante septiembre, previo a su paso por la instancia de Audiencia Pública.
“La Legislatura acaba de aprobar la nueva normativa para construir en la Ciudad, un compromiso que asumí con un objetivo bien claro, preservar la identidad de los barrios”, celebró Macri tras la sanción.
El nuevo Código “va a ser clave para que fomentemos el equilibrio de la Ciudad y para que sigamos promoviendo el desarrollo del sur, con más y mejores incentivos para quienes decidan invertir en esa zona”.
Los principales cambios
Entre los puntos salientes del proyecto que modifica la norma del 2018, regirán restricciones a las construcciones: por un lado, limitará la altura de los desarrollos en zonas residenciales de casas bajas, mientras que hace lo propio en términos de diseño y capacidad de la infraestructura.
Durante la presentación en la Legislatura a fines de julio, Macri aseguró que se trata de “un compromiso que asumí en campaña” con un objetivo claro: “Respetar la identidad de cada barrio”.
“No vamos a permitir más que en las zonas residenciales se construyan edificios que no cuiden la esencia de cada manzana y vamos a promover desarrollos solo en avenidas con la infraestructura adecuada”, dijo.
Con el objetivo de preservar la identidad de los barrios de casas bajas, se reorganizaron las Unidades de Sustentabilidad de Altura Baja (USAB) que son las tipologías que regulan las edificaciones de hasta 14,60 metros.
Y paralelamente se planteó que los edificios en altura se construyan en corredores y avenidas y se eviten dichos barrios.
Además, contempla incentivos para promover la construcción en la zona sur de la Ciudad.
Los desarrolladores que inviertan en los barrios sureños tendrán una serie de beneficios como la posibilidad de emprender proyectos en áreas con más densidad urbana, como por ejemplo, en determinados corredores de la zona Norte.
Además, promueve áreas de desarrollo prioritario, como Constitución, Flores y Nueva Pompeya, para poder buscar soluciones particulares a problemas específicos.
Según afirmaron desde la Ciudad, la nueva normativa “amplía los centros libres de cada manzana, porque impulsa espacios más permeables que favorecen la entrada de aire y sol y promueve la calidad ambiental de los barrios”.