Todo tiene un porqué

La ciencia del invierno

El frío es, en realidad, una pérdida de energía térmica. De hecho, en concreto, llamamos frío a la capacidad que tenemos de sentir esta diferencia de temperatura gracias a los termoreceptores de nuestra piel. Nuestro termostato corporal está en el cerebro y es el hipotálamo. Su misión es mantener la temperatura en torno a 37°C, entre otras cuestiones. Así, cuando la temperatura externa baja, se produce vasoconstricción periférica y otros fenómenos corporales. Por otra parte, muchos animales tienen que echar mano a ciertas estrategias que les permitan enfrentar las bajas temperaturas del invierno. Básicamente, tienen que evitar dos cosas: morir de frío y morir de hambre. Algunas de estas estrategias son la hibernación, la brumación y la migración.

Para resolver el interrogante del día, recibimos a la médica e infectóloga, Florencia Cahan, y a la meteoróloga Cecilia Villegas.