“Fueron varios días antes, incluso semanas”, dijo a Télam una fuente de la investigación que además explicó que la presencia de los amigos de los atacantes cerca de la esquina de Juncal y Uruguay se habría reconstruido a través del análisis del impacto de la señal de sus teléfonos celulares en las antenas de la zona y por mensajes que se enviaron entre ellos.
Los “copitos” -nombre con el que se los bautizó luego de que en televisión se indicara que se dedicaban a la venta de copos de nieve- son hasta ahora testigos de la pesquisa y entregaron sus teléfonos celulares de manera voluntaria, por lo que los peritajes que se están llevando a cabo intentan determinar si hay elementos borrados que podrían servir a la investigación.
La noche del viernes pasado, Uliarte protagonizó junto a cinco de sus supuestos compañeros de trabajo ambulante una entrevista televisiva en la que todos afirmaron que estaban bajo amenaza: ella los había contactado a las 5 de la mañana de aquel día porque estaba asustada, y finalmente se encontraron cerca de las 13, según relataron ante la justicia.
¿Dónde había estado la ahora detenida Uliarte? En las últimas horas la jueza María Eugenia Capuchetti y el fiscal Carlos Rívolo le tomaron declaración testimonial a un exnovio de la imputada, identificado por las fuentes como Lucas Ocampo, quien dijo que ella lo llamó para ir a su casa y que, a pesar de que él la rechazó, se le presentó igual.
Además del testimonio, el exnovio aportó a la investigación una bolsa blanca que Uliarte, que se identificó en un momento como “Ambar”, dejó en su casa: pareciera ser la misma con la que la imputada fue identificada cuando se retiraba de la escena del hecho mientras detenían a Sabag Montiel, por lo que la justicia dispuso que se le realizara un peritaje para determinar si allí fue transportada el arma.