La bajante histórica que atraviesa el Río Paraná dejó a la vista la malla protectora del Túnel Sublufuvial que une a las provincias de Entre Ríos y Santa Fe. La histórica estructura es una manta geotextil que fue colocada a finales de los años noventa con el objetivo de resguardar la integridad del túnel durante épocas de severas inundaciones.
El ente del túnel explicó que sus ‘equipos técnicos realizan constantes mediciones batimétricas‘ y que hasta hoy ‘no se observaron cotas comprometedoras ni anomalías en la distribución del flujo‘, y las cubiertas protectoras muestran ‘un comportamiento adecuado, dentro de un escenario de aguas bajas‘.
El río se encuentra bajo de su nivel histórico con lo cual la malla protectora de 900 metros quedó a la vista. Augusto Cortés, director técnico del túnel, aseguró que no hay riesgo de que el túnel se vea afectado ni tampoco la navegación comercial porque “las barcazas saben de la presencia y están anunciados para que tengan un canal de navegación seguro”.
Sin embargo, señaló que el peligro puede ser para las embarcaciones de recreación o de pesca y para quienes llegan hasta el sitio para caminar sobre la malla; “No se debe hacer, se pueden lastimar. La gente no se debe acercar”, señaló.
El túnel corre “más riesgo con las crecidas e inundaciones” que con una sequía, dijo el director al tiempo que agregó que “Se monitorea el comportamiento de la defensa, lo hacemos cada 15 días con lancha y equipos propios que chequean la manta”.
La iniciativa de proteger al túnel se gestó a raíz de la severa inundación que ocurrió en 1982, donde los registros llegaron a 7,35 metros en el puerto santafesino, (ayer estaba en 24 centímetros) lo que provocó transformaciones en el suelo del río.
Las condiciones mínimas que garantizan la estabilidad del Túnel -como por ejemplo tener al menos tres metros de recubrimiento de arena- se alteraron durante aquella crecida. Entonces, la solución encontrada para evitar futuras erosiones fue fijar el lecho del río en la zona de emplazamiento del Túnel.
Así, tras los estudios pertinentes (1984-1985) el proyecto se concretó en dos etapas: la primera se extendió de 1992 a 1993 y la segunda de 1998 a 1999. La manta es similar a la desarrollada por el cuerpo de Ingenieros del Ejército de EE.UU para estabilizar las orillas del río Missisipi y ahora de uso extendido.
El sistema se va armando sobre una barcaza que literalmente ‘desenrolla‘ la manta a la que están encadenados los ‘ravioles‘ de 700 kilos cada uno de concreto formulado para resistir el paso del tiempo y seguir endureciendo bajo el agua.
Otro fenómeno claramente visible que ocasiona la bajante son las fracturas de barrancas especialmente en la zona del barrio Puerto Sánchez al sur del acceso al túnel en la capital entrerriana. Medios de esa capital documentaron profundas hendiduras en el piso algunas de las cuales afectan a varias casas del lugar y calles.
Bajante histórica
El río Paraná muestra una bajante alarmante en la región del Litoral, y el registro actual se acerca al peor promedio mensual en más de medio siglo. Durante el fin de semana, en Corrientes el afluente midió 44 centímetros de altura, mientras que en Santa Fe alcanzó los 22 cm, cifras muy bajas de acuerdo al promedio, informó este lunes Prefectura Naval Argentina.
La Entidad Binacional Yacyretá (EBY), central hidroeléctrica ubicada en la ciudad correntina de Ituzaingó, indicó que en lo que va de junio el caudal afluente promedio es de 6.200 metros cúbicos por segundo, en tanto que la marca regular para el mismo mes de la serie 1901-2020 era de 12.625 metros cúbicos por segundo”. “Queda claro entonces el carácter del déficit hídrico existente”, aseguró la empresa.
Una situación similar se reportó en Santa Fe donde este domingo se registró una marca de 22 cm en el hidrómetro ubicado en el puerto de la capital santafesina, la más baja de los últimos 50 años.
En ese sentido, el Instituto Correntino del Agua y del Ambiente (Icaa) emitió un comunicado en el que precisó que “el río Paraná se acerca al registro histórico mínimo”, basado en datos del Instituto Nacional del Agua (INA). En su último reporte, el INA pronosticó que el Río Paraná seguirá bajando y podría llegar a los 7 cm en la ciudad de Santa Fe para los primeros días de julio.
Al mismo tiempo, precisaron que no hay pronósticos de repunte en lo inmediato, dada la escasez de lluvias en las cuencas de aporte al río en los próximos días. “En función de la persistencia de la actual condición climática imperante en la cuenca de aporte, y a los resultados de los escenarios planteados por los centros climáticos de referencia, se visualiza como situación muy probable la profundización de la bajante del río Paraná”.
Los especialistas coinciden en señalar que todo el ecosistema está en riesgo por la bajante del Paraná. El fenómeno, que comenzó el año pasado, afecta la reproducción de peces, la navegación, el lecho y hasta la estabilidad de las barrancas.
La causa de semejante situación se origina en la sequía que comenzó el año pasado en Brasil y que en lugar de equilibrarse en la normal temporada de lluvias se extendió durante 2021. Apenas hubo un repunte del caudal en los primeros meses de este año para volver a retomar la onda de bajante hasta perforar los niveles críticos.
En tanto, este comportamiento anómalo del río Paraná es atribuido al fenómeno de “La Niña”. El persistente período de sequía se mantiene y está causando todo tipo de problemas, desde dificultar la reproducción, alimentación y supervivencia de peces –y por añadidura de toda la fauna que depende de ellos– hasta el sobredragado del canal para mantener la navegabilidad de los buques de gran porte –situación denunciada por ONG ambientalistas que puede ser la causa de los desmoronamientos en las costas– y la captación misma para potabilización del agua.