En una entrevista exclusiva con Gabriela Radice, el actor se explayó acerca de cómo vive la representación de sus últimos films, que por un lado tocan fibras íntimas, controversiales e intensas, tal es el caso de “Yo nena, yo princesa”, y por el otro, sin menos intensidad, “Maradona: sueño bendito” coloca al actor en el desafío de encarnar a un personaje extremadamente famoso, popular y familiar para el pueblo argentino y gran parte del mundo.
“Yo nena, yo princesa”, retrata la vida de Manuel, quien en 2013 pasó a llamarse oficialmente Luana, convirtiéndose en la primera niña trans en el mundo en tener un documento oficial acorde a su identidad de género.
Allí, Palomino interpreta a un padre que “ama a sus hijos, ama a su mujer”, pero que está atravezado por “la influencia de la iglesia y el patriarcado” en palabras del actor. Ceñido a su vez por un universo binario que impone una realidad donde “si tenés un pirulín sos un nene y si tenés vulva sos una nena. Varones azules, nenas rosas”, explicó. “Me interpeló”, exclamó Palomino, y agradeció al director Federico Pallazo y Gabriela Mancilla, la madre de Luana, quien lo acompañó durante el rodaje, por la convocatoria.
En referencia a su papel en “Maradona: sueño bendito”, remarcó lo “difícil de meterse en ese cuero y entender ese cuero”, la piel de quien “llegó a la cumbre de la fama”, ya que según estimó “no existe otro ser más famoso”.
“Mi gran desafío como actor fue elaborar toda una estrategia” de construcción del personaje, como aumentar de peso (casi 20 kilos) y “sufrir la estigmatización de la gente, el hecho de no conseguir ropa” y demás factores, que según el actor, también lo embebieron en el universo Maradona.
“Maradona se ha plantado frente al poder de turno y entonces entiendo que hay algo en la argentinidad que te vincula con esa forma de ser. Entre el Papa Francisco y el Che Guevara, en el medio, la síntesis para mi, es Maradona” dijo Juan Palomino. El objetivo es “mostrar a las nuevas generaciones quien en realidad fue Diego Armando Maradona”, concluyó.