Uno de los criminales más buscados del mundo, Matteo Messina Denaro, líder de la mafia italiana Cosa Nostra, fue arrestado en Palermo, Sicilia.

Apodado el “capo de los capos”, Denaro fue detenido después de más de 30 años de estar prófugo y en el marco de un importante operativo policial.

Había sido condenado en la década de los 90 a cadena perpetua por múltiples homicidios.

Desde hace un año se acercaba a la clínica en la que fue capturado: tenía cáncer y allí se realizaba un tratamiento de quimioterapia.

“Una gran victoria del Estado, que demuestra que no hay que rendirse ante la mafia”, escribió en Twitter Giorgia Meloni, primera ministra de Italia, al conocerse la noticia.

Una grande vittoria dello Stato che dimostra di non arrendersi di fronte alla mafia. All'indomani dell'anniversario dell'arresto di Totò Riina, un altro capo della criminalità organizzata, Matteo Messina Denaro, viene assicurato alla giustizia. pic.twitter.com/8d6sHaDloK

— Giorgia Meloni (@GiorgiaMeloni) January 16, 2023

Escondido durante décadas

Aunque el hombre de 60 años era uno de los criminales más buscados del mundo, su identificación era compleja, dado que no se le conocía el rostro, frente al que solo había aproximaciones a partir de reconstrucciones realizadas de manera digital.

Como no utilizaba móviles ni comunicaciones electrónicas, el delincuente logró mantenerse escondido en la isla de Sicilia durante años.

Una práctica impulsada por él en la organización consistía en usar los denominados “pizzini”, pedacitos de papel fácilmente ocultables, que se pasaban unos a otros en un apretón de manos, y que se podían tragar sin especial dificultad.

La Cosa Nostra es una organización multimillonaria vinculada al tráfico de drogas, prostitución, extorsión y lavado de dinero.

En 1993, cuando el exlider de dicha estructura, Salvatore “La Bestia” Riina fue capturado, Messina Denaro se hizo cargo del manejo de la mafia y, en los últimos 30 años, se ganó la fama de uno de los criminales más sanguinarios.

El “padrino” se enorgullecía de poder “llenar un cementerio” entero con sus víctimas.

Entre ellas, sospecha que ordenó disolver en ácido al hijo de otro mafioso arrepentido, pero también trágicos atentados como los ocurridos en Roma, Milán y Florencia en 1993, en los que murieron 10 personas, pocos meses después de que Cosa Nostra asesinara a los jueces Giovanni Falcone y Paolo Borsellino.