Iker Muniain ya lo decidió: no volverá a San Lorenzo. Más allá de tener contrato hasta diciembre con el club de Boedo, el volante vasco se quedará en Bilbao por motivos familiares y analiza seriamente retirarse del fútbol.
Desde hace un par de semanas en el Ciclón temían que el jugador no se sumara a la pretemporada. Días atrás el flamante DT Damián Ayude habló con él y reveló que la distancia con sus dos hijos lo estaba afectando cada vez más: “Ha extrañado mucho a su familia”.
La intención de Muniain es estar cerca de ellos, teniendo en cuenta que todavía son chicos (el pequeño Iker juega en las Inferiores del Athletic de Bilbao, club que vio nacer a su padre). Lo que sí impactó entre los hinchas, e incluso en su entorno, es que decidió hacer un parate en su carrera con apenas 32 años.
Si bien su travesía en Buenos Aires duró menos de un año, en ese tiempo disputó 26 partidos (18 como titular), marcó cuatro goles y brindó una asistencia. Pero, lo más importante, se ganó el cariño del público cuervo gracias a sus pinceladas de crack y su compromiso dentro y fuera de la cancha en un club envuelto en escándalos dirigenciales, inhibiciones y protestas por deudas al plantel profesional.