
Un total de 152 incendios han estallado en las últimas 24 horas en Grecia, donde más de 4.800 bomberos y 62 medios aéreos luchan contra las llamas en numerosos frentes.
El servicio meteorológico nacional prevé que las temperaturas deberán alcanzar el miércoles 40 ºC en ciertas regiones de Grecia occidental, en especial el oeste del Peloponeso.
Los incendios que más preocupan a las autoridades se ubican en la isla de Zante en el már Jónico, la isla de Chios en el mar Egeo, en la localidad occidental de Preveza, y el departamento de Acaya, en el noroeste del Peloponeso, donde una veintena de poblados fueron evacuados el martes.
Desde la mañana del miércoles, 33 aviones y 4.850 bomberos están movilizados en todos los frentes, indicó Vathrakoyannis. “Son sin duda las 24 horas más difíciles de lucha contra el fuego”, declaró el presidente de la Unión de Oficiales de Bomberos, Kostas Tsigas a la televisión local ERT.
“Solo ayer se desataron 82 incendios, un número muy elevado que, combinado con los violentos vientos, la sequedad y las elevadas temperaturas, ha creado enormes dificultades”, afirmó. Más de 200 hectáreas han sido destruidas por las llamas desde junio en Grecia.
Regiones arrasadas
En Acaya, al oeste del país, un incendio de gran magnitud amenazó la zona industrial de Patras, provocando la evacuación de más de 20 asentamientos y repetidas alertas de emergencia. Fábricas, viviendas y cultivos quedaron reducidos a cenizas, mientras tres personas fueron hospitalizadas por quemaduras y problemas respiratorios.
En la isla egea de Chios, las llamas avanzaron sobre bosques y campos de cultivo, llegando hasta aldeas como Volissos. Seis aldeas y tres asentamientos —incluido un campamento para personas con discapacidad— fueron evacuados. La Guardia Costera y embarcaciones privadas rescataron a decenas de personas atrapadas en la playa.
En Zacinto, en el mar Jónico, tres focos activos se extendieron a lo largo de 15 kilómetros, obligando a desalojar Agalas, Keri y varios complejos turísticos. Varias propiedades, instalaciones agrícolas y cabezas de ganado se perdieron. El viento y la geografía accidentada dificultaron las operaciones aéreas.
Otros incendios en Vonitsa y Preveza arrasaron olivares, establos, bodegas y tierras agrícolas. Las autoridades señalan que la sequía prolongada, las altas temperaturas y los fuertes vientos han creado las condiciones perfectas para la propagación del fuego.