El proyecto del presidente francés de unificar los múltiples regímenes jubilatorios por rama de actividad que rigen en el país, reemplazándolos por un sistema de puntos que premia los retiros tardíos y prolonga los años de trabajo, activó una vez más las protestas en las calles de las principales ciudades, con un rechazo frontal de los sindicatos y los colegios profesionales, que lanzaron una serie de huelgas y prometen continuar la lucha. Ahora el mandatario está obligado a dialogar con las centrales sindicales, que no están dispuestas a ceder. El sistema jubilatorio francés, según varios estudios, está en crisis, y tiene un déficit proyectado para la próxima década de más de 10 mil millones de euros.