“Estamos muy contentos de haber llegado a un acuerdo con Williams Racing para fichar a Franco Colapinto. Claramente, Franco es uno de los mejores jóvenes talentos del automovilismo en este momento”, expresó en redes Flavio Briatore, el capo de Alpine F1 que peleó para ver al argentino en una de las butacas de reserva de la escudería el Grupo Renault.
“Hola tío Flavio”, respondió el piloto de Pilar, también en X.
Pero el italiano de 74 años es mucho más que un asesor de lujo para la escudería que ahora tiene a Colapinto: se trata de una leyenda viva de la máxima categoría del automovilismo global, en plena vuelta al ruedo después de décadas de controversia y años de exilio.
Negocios y un encuentro inesperado con la velocidad
Briatore nació el 12 de abril de 1950 en Verzuelo, en el norte de Italia, hijo de un modesto abogado de nombre altisonante, Adelio Ponce de Leon.
Sin apenas estudios, trabajó como técnico ayudante de la cantera del Milan AC, como gerente de un restaurante, que fracasó, y de otras aventuras en variopintos sectores.
La vida de Briatore cambió por completo cuando empezó a trabajar con éxito en la bolsa para los integrantes del llamado Grupo de Milán. En 1974, sus caminos se cruzaron con los de Luciano Benetton. El fundador de Benetton no tardó en encargarle el desarrollo de la marca United Colors of Benetton, primero en Asia, y a partir de 1977 por toda América del Norte, donde fijó su residencia. Briatore se había ganado la total confianza del empresario de la moda italiano por su visión para el marketing.
Hombre de negocios reconocido y miembro destacado del jet-set internacional, a finales de aquel año de 1988 Briatore descubrió la Fórmula 1 en Adelaide, como invitado de Luciano, quien tres años antes había comprado el equipo Toleman, al que rebautizó con el nombre de Benetton. En 1989, comprobada la pasión que aquel espectáculo despertó en Briatore, Luciano lo nombró jefe comercial de la escudería y Flavio se trasladó a Inglaterra.
En principio debía ser un cargo temporal, porque Briatore no tenía ni idea de cómo funcionaba la Fórmula 1. Pero cuando en 1991 fichó a golpe de talonario al ingeniero Tom Walkinshaw y al campeón alemán Michael Schumacher, justo después de que éste ganara su primer gran premio con un modesto Jordan, Luciano Benetton delegó toda la responsabilidad de su escudería en el hasta entonces director comercial.
En 1994, Schumacher ganó su primer título de pilotos, que suponía también el primer gran éxito de la escudería Benetton-Ford, cuya presencia en el Mundial estaba considerada por muchos como meramente testimonial o como un medio de publicidad indirecta.
Aun así, en 1995 Briatore fue fichado con un cheque en blanco por Renault-Williams. Aquel año Briatore consiguió el doblete, con el triunfo de pilotos (a cargo de Damon Hill) y el de constructores, y en 1996 revalidó el título de pilotos con Jacques Villeneuve. Convertido ya en un experto, impuso a partir de entonces sus métodos y, además, compró Ligier y Minardi para después revenderlos. Cuando, terminada la temporada 1997, Renault decidió abandonar la Fórmula 1, el ya multimillonario italiano propuso a la firma francesa crear la Supertec Sport, encargada de vender sus “viejos” motores: Benetton, Williams, Bristish American y Arrows optaron por aquellos V10.
En 2000, estimulado por la decisión de Renault de regresar al Mundial con la compra de Benetton, Briatore fue nombrado director general de Renault F1 Team, hasta que en 2002 ocupó la dirección general de la escudería francesa. En el Gran Premio de Hungría de 2003 cosechó ya el éxito con la primera victoria de Fernando Alonso en un gran premio. La apuesta por el joven piloto español daría sus frutos. El camino estaba trazado. En aquel momento, además de director general de Renault, Briatore era el representante de Alonso, Jarno Trulli y Willi Weber. En 2005 rompía la hegemonía de Ferrari y de su primer piloto, el alemán Michael Schumacher: Fernando Alonso se proclamaba campeón del mundial y la escudería
Caída y regreso
En el GP de Singapur de 2008, Fernando Alonso consiguió una gran victoria tras aprovechar un Safety Car que había provocado su compañero de equipo Nelson Piquet Jr.
Felipe Massa quien marchaba líder de la carrera (y también líder del campeonato), abandonó tras llevarse la manguera de gasolina cuando estuvo en pista el coche de seguridad. Su competidor Lewis Hamilton, pudo recuperar puntos valiosos que a la postre se alzaría como campeón en esa temporada. Pero Piquet Jr. denunció ante la FIA en 2009, haber chocado deliberadamente a petición de Pat Symonds (director ejecutivo) y Flavio Briatore (director deportivo), para beneficiar a su compañero Fernando Alonso y así no perder su asiento en F1.
Luego de una investigación por parte de la Federación Internacional de Automovilismo, decidió sancionar de por vida a Flavio Briatore prohibiéndole participar de toda actividad relacionada con la Fórmula 1.
En 2010, la justicia anuló la decisión de la FIA por considerarla irregular y por entender que en ella tuvo un papel preponderante Max Mosley, enemigo de Briatore.
Después de casi 15 años, el italiano regresó a la Fórmula 1 en junio de 2024 como asesor ejecutivo del equipo Alpine. Ahora, intenta posicionar a la escuderia en lo más alto. Franco Colapinto es un eje de ese plan que el ícono empresario piensa a largo plazo.