Cinco objetos

Federico Molinari, un perro de la calle

A través de una charla íntima junto Sergio Marchi, descubrí los distintos aspectos de la vida de uno de los deportistas que hizo y hace historia en la gimnasia artística.

Cada año, la gimnasia artística cobra mayor notoriedad. El crecimiento de esta disciplina se manifiesta en la participación de los deportistas argentinos en diferentes competiciones. En el caso particular de los Juegos Olímpicos, el desempeño de nuestros representantes crece notablemente en cada edición. Este avance se lo debemos en buena medida a Federico Molinari, un joven gimnasta rosarino especializado en anillas.

De niño, en el Club Atlético San Jorge, Federico incursionó en otras disciplinas como tenis, básquet, natación, pelota a paleta y golf, pero ninguna le generó tanta alegría como la gimnasia.

Más tarde, con tan solo 13 años, Molinari participó del Campeonato Sudamericano en Santiago de Chile, donde obtuvo tres medallas de bronce y una de plata.

En una conversación íntima con Sergio Marchi, el deportista repasa su trayectoria a través de diversos objetos que fueron significativos en su vida.

En esta charla, el gimnasta se conmueve al hablar de la familia que construyó junto a su esposa Paula y sus dos hijos. Además, con nostalgia y admiración recuerda a su entrenador ruso Vladimir Makarian. Una figura más que significativa en su carrera y en la obtención de tantos logros.