Taiana insistió que se actuará con “dureza y firmeza” para relevar a los jefes de la unidad y profundizar el “movimiento de rechazo a los bautismos” dentro de las fuerzas armadas, una práctica sádica y humillante que se viene reproduciendo de distintos modos desde hace décadas en cuarteles e instituciones militares.
Michel Natanael Verón, de 26 años, sufrió el desplazamiento de dos vértebras tras participar de un almuerzo en el Club de Suboficiales del Ejército en Apóstoles, donde, según lo denunciado por su madre, se realizó un bautismo a los cinco egresados que se iban a incorporar al Regimiento de Monte 30.
En un audio que subió a las redes sociales, la mujer contó que su hijo estaba muy contento con el egreso pero, a la vez, ”tenía miedo” de lo que le harían sus compañeros. Pidió Justicia por lo que sucedió y aseguró que los superiores del regimiento “estaban en ese bautismo”, junto a otras 25 personas.
En un comunicado, el Ejército indicó que Verón “fue intervenido quirúrgicamente como consecuencia de lesiones en la columna vertebral y actualmente se encuentra estable en el sanatorio Boratti de la ciudad de Posadas”.
Además, informaron que se dispuso la suspensión de dos oficiales y trece suboficiales que se desempeñaban en el Regimiento, de acuerdo a lo dispuesto en el Código de Disciplina de las Fuerzas Armadas.
La madre de Verón dijo que los médicos creen que, por la lesión en la columna, “no tiene probabilidad de recuperar la movilidad”.
El hecho ocurrió apenas dos semanas después de la muerte del subteniente Matías Ezequiel Chirino, un joven de 22 años al que le obligaron a celebrar junto a sus compañeros y jefes del Grupo de Artillería Nº 3 del Ejército Argentino su “bautismo” en la unidad militar de Paso de los Libres, ubicada a 370 kilómetros de la capital correntina. Chirino había sido forzado a beber y comer de manera exagerada y luego a tirarse a la pileta.
Al igual que en el caso de Verón, Ezequiel Chirino, padre de Matías contó que antes de irse a “la celebración” su hijo también temía lo que pudieran hacerle. “Te juro que estoy cagado de miedo”, dijo el padre que le confesó el hijo. Los oficiales involucrados le habían advertido que los superiores no se podían enterar de nada de lo que sucediera esa noche, de lo contrario, “se la iban a hacer pasar peor”.
Esta semana, los abogados de Chirino pidieron al Juzgado Federal de Paso de los Libres cambiar la carátula de la causa a “homicidio por dominio funcional del hecho” e “incumplimiento de deberes militares”.
También solicitaron la realización de una nueva autopsia, a llevarse a cabo en Córdoba, y el peritaje del teléfono celular de la víctima. Por ahora, los 12 oficiales que habrían participado del hecho y que fueron suspendidos y denunciados penalmente por la fuerza no están imputados.