El presidente Joe Biden “reevaluará” la relación de Estados Unidos con Arabia Saudita tras la decisión de la OPEP+ de reducir la producción de petróleo, dijo este martes un portavoz de la Casa Blanca, después de que esa medida impulsara a los precios al alza en medio de la crisis energética provocada por la guerra en Ucrania.
Biden “ha sido muy claro en que esta es una relación que debemos seguir reevaluando, que debemos estar dispuestos a revisar”, dijo el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, a la cadena CNN.
“Sin duda, a la luz de la decisión de la OPEP, creo que él está en eso”, agregó, en declaraciones recogidas por la agencia de noticias AFP.
La semana pasada, la Organización de Países Exportadores de Petróleo y Rusia (Opep+) decidió recortar la producción de petróleo en 2 millones de barriles por día lo cual representa el mayor recorte desde el comienzo de la pandemia, aproximadamente el 2% de la demanda mundial.
La medida se llevará a cabo a partir de noviembre con el fin de aumentar los precios del commodity.
La decisión no puede llegar en peor momento para Joe Biden, que se enfrentará ese mes a unas elecciones de medio término donde su partido no tiene buenas chances.
Además, fue vista como un desaire diplomático para Biden, quien viajó a Arabia Saudita en julio para reunirse con el príncipe heredero Mohamed bin Salman, a pesar de haber jurado convertir al reino en un Estado “paria” internacional tras el asesinato en 2018 del periodista Jamal Khashoggi.
En ese viaje, Washington y Riad convinieron un intercambio de petróleo por armas para el reino saudí,que las utiliza en un conflicto caliente: la guerra en Yemen.
El conflicto, una guerra civil, estalló en 2014, cuando los yemeníes hutíes bajaron de su enclave del norte y tomaron la capital, obligando al gobierno a huir al sur y luego a Arabia Saudita.
Una coalición liderada por Riad y respaldada por Estados Unidos entró en la guerra a principios de 2015 para intentar restaurar el gobierno en el poder.
Desde entonces, el conflicto se ha convertido en una guerra atroz que dejó millones de víctimas, tanto por las acciones militares como por la hambruna que generó la disputa y que afecta a los civiles yemeníes.