La escuela de herrería lesbiana nació en marzo de 2018, cuando la herrera María Venturini decidió transmitir su oficio y dictar talleres destinados principalmente a la comunidad LGTB y a mujeres. En el transcurso de los primeros meses, se fue estructurando una modalidad de trabajo y de transmisión de conocimientos sin exclusiones ni discriminación.
Para 2020 ya había tres turnos de talleres y llegó la pandemia.
El nombre del lugar “hace que no tengamos que aclarar nada. Si estás de la puerta para acá, sabés que somos lesbianas. Y no hay que ser lesbiana para venir. Es nuestro espacio. Hay códigos que no se transgreden, que son válidos en otros espacios de oficios, pero acá no. Es un guiño al interior de la comunidad LGBTIQ+, donde le decimos acá está todo bien con vos. Y si no sos de la comunidad tenés que respetar ciertos códigos”, dice Venturini o, Sz como gusta que se la nombre, directora de la escuela.
Fue a través de las redes sociales que la escuela se popularizó: “Nos empezó a conocer todo el mundo”, reconoce la directora, y cuenta que “viene gente muy distinta. Antes de la pandemia, casi todas eran mujeres y lesbianas, y quizás un 1% de varones. Ahora, hay mujeres y varones heterosexuales y de la comunidad LGBTIQ+, pero está muy repartido”.
La escuela tiene la impronta de su creadora Maia Venturino (Sz) que siempre jugó con las herramientas de su papá, que en la adolescencia hizo un curso de carpintería y que en su veinti tuvo una crisis con su profesión de programadora de computadoras.
Ella es de Bariloche, donde comenzó “a golpear puertas de gente que sabía que soldaba y me la abrió un chapista que se apiadó de mí”, recuerda. Luego hizo un curso en Buenos Aires, y más tarde vivió en una comunidad de Capilla del Monte, en Córdoba, donde fue ayudante de un herrero.
Hecho el proceso, tuvo la certeza de que podía abrir un taller, y comenzó haciendo muebles en hierro y madera. A partir de 2018 comenzó la etapa de compartir lo aprendido y ahora sólo se dedica a enseñar herrería.
Del taller dominical inicial pasó ahora a tener seis grupos de cinco personas cada uno, con avidez de forjar hierros.
El curso inicial de cuatro clases es gratuito para personas menores de 28 años y personas LGBTIQ+.