Tensión en el Cáucaso

En Moscú y frente a Putin, Armenia y Azerbaiján buscan una salida dialogada

Después de buscar la mediación de la Unión Europea, los líderes de ambos países se reunieron en Moscú y se cruzaron ante Vladimir Putin. Mientras, la tensión en el Cáucaso sigue vigente pese al cese al fuego que rige desde 2020. El rol de Rusia y la oposición de las autoridades de la República de Artsaj a un potencial acuerdo que los deje de lado.

En Moscú y frente a Putin, Armenia y Azerbaiján buscan una salida dialogada

Mientras Vladimir Putin conduce a las fuerzas del Kremlin en Ucrania, cumple paradójicamente el rol de árbitro en la búsqueda de paz y normalización de la relación entre Armenia y Azerbaiján, a tres años del final de una disputa territorial que, pese a estar en pausa desde un punto de vista bélico, sigue viva.

El encuentro entre Putin, el azerí Ilham Ayev y el armenio Nikol Pashinian fue al término de durante la sesión ampliada del Consejo Económico Supremo de Eurasia.

Frente al ruso, Pashinian planteó la cuestión del corredor de Lachin, la carretera que une Armenia con el enclave poblado por armenios de Nagorno-Karabaj.

A mediados de diciembre, activistas nacionalistas azerbaiyanos comenzaron a bloquear la ruta, que Pashinian señaló que debería estar bajo el control de las fuerzas de paz rusas, y posteriormente, Bakú erigió un puesto de control a lo largo de la misma.

El presidente de Azberbaiyán, Ilham Aliyev, respondió: “Azerbaiyán no bloqueó ningún corredor. No hay necesidad de utilizar esta plataforma para acusaciones infundadas”, negó el jefe de Estado.

Los dos presidentes continuaron la discusión durante varios minutos, antes de que Putin cerrara la conversación y señalara que el tema era delicado.

El tema será retomado en conversaciones tripartitas con Aliyev y Pashinyan más tarde, de acuerdo al Kremlin.

“Ahora tendremos la oportunidad, como acordamos, de hablar de todo con calma de manera comercial en un formato trilateral, y espero llegar a algunos acuerdos que pongan la situación no solo entre Armenia y Azerbaiyán, sino también en la región, en el camino del desarrollo constructivo”, dijo Putin.

“Les puedo asegurar que todos aquí tienen interés en esto, absolutamente todos”, votó.

Ayer, Ayev anunció que existen oportunidades concretas para establecer un acuerdo de paz con Armenia. “Especialmente, considerando el hecho de que Armenia ha reconocido oficialmente a Karabaj como parte de Azerbaiyán”, puntualizó el mandatario azerí.

En respuesta a los dichos de Ayev, el primer ministro armenio Nikol Pashinian confirmó que Armenia y Azerbaiyán acordaron reconocer mutuamente la integridad territorial del otro.

“Y en base a esto, estamos progresando bastante en dirección a normalizar nuestras relaciones”, destacó.

“En este contexto, la seguridad y los derechos del pueblo de Nagorno Karabaj son temas muy importantes, y espero que pronto comience un diálogo normal y constructivo entre Bakú y Stepanakert, en el marco de los mecanismos internacionales correspondientes”, enfatizó Pashinian.

El armenio reiteró una posición que ya había expuesto en las charlas entre los dos países mediadas por la Unión Europea a mediados de mayo: “Armenia está lista para reconocer la integridad territorial de 86.600 km2 de Azerbaiyán, que incluye Nagorno Karabaj, pero los derechos y la seguridad de los armenios de Nagorno Karabaj deben discutirse a través del diálogo directo entre Bakú y Stepanakert”, dijo entonces.

Así, termina de “soltar la mano” de la República de Artsaj, el armado estatal de la comunidad armenia en Nagorno-Karabaj, anteriormente reconocido por Erevan y Moscú.

La actitud de Pashinian fue criticada con dureza por las autoridades de la república y también por armenios en la diáspora.

En nuestro país, la Unión Cultural Armenia, en una carta abierta, habló de “un contexto marcado por el peligro latente de la existencia misma del pueblo de Karabaj, que se encuentra bajo amenaza de limpieza étnica y de genocidio por parte del gobierno fascista azerbaiyano” y exigió “el cese de los sistemáticos ataques de Azerbaiyán sobre Artsaj y Armenia” y ratificó el “inquebrantable apoyo a la lucha del pueblo de Artsaj por el respeto al derecho a la autodeterminación”.