Sociedad

Inseguridad alimentaria: en Argentina, más de un millón de niñas y niños saltean una comida

Son datos de la Encuesta Rápida sobre la situación de la niñez y adolescencia 2022 de UNICEF. Según este relevamiento, uno de cada tres hogares no puede cubrir sus gastos corrientes, incluso el 30% de hogares donde los adultos sí tienen trabajos registrados.

Más de un millón de niñas, niños y adolescentes en Argentina dejaron de alimentarse con alguna comida por falta de dinero. La cifra asciende a tres millones en el caso de adultos, que se saltearon el desayuno, el almuerzo, la merienda o la cena porque no le alcanzan sus ingresos.

Esto también impactó en la reducción de alimentos como carne ( bajó un 67%), y frutas, verduras y lácteos ( un 40%). Son cifras de la última encuesta de UNICEF publicada.

La Encuesta Rápida sobre la situación de la niñez y adolescencia 2022, finalizada a fines de junio, indica que el 7% de los niños, niñas y adolescentes argentinos se saltea alguna de las comidas principales, una cifra que asciende al 23% en el caso de los adultos. Así lo explicó Sebastián Waisgrais, especialista en Inclusión Social de UNICEF Argentina, en una conferencia de prensa este mediodía.

“Lo vemos en los barrios donde los adultos dejan de comer para que lo hagan los chicos. Así y todo, siendo una situación de vulnerabilidad, no alcanza para que los chicos puedan tener todas las comidas necesarias para su pleno desarrollo”, precisó.

“Este 7% aumenta cuando los hogares reciben apoyos alimentarios, que están endeudados, que reciben la Asignación Universal por Hijo (AUH) o la Tarjeta Alimentar”, afirmó

La inestabilidad laboral y la insuficiencia en los ingresos de los hogares con chicas y chicos son los principales determinantes de esta situación, de acuerdo a UNICEF, representativa de la totalidad de los hogares con niños, niñas y adolescentes en el país, y comparable con los relevamientos realizados por el organismo durante 2020 y 2021.

Según este relevamiento, uno de cada tres hogares no puede cubrir sus gastos corrientes y el 50% no puede solventar los gastos escolares, entre ellos la compra de libros y útiles.

La grave situación no solo afectaa personas desempleadas: también abarca a un 30% de los hogares donde el jefe o jefa está ocupado e, incluso, a un 19% de los hogares donde están ocupados de manera formal.

El riesgo de inseguridad alimentaria también se refleja en el hecho de que el 36% de los hogares con chicas y chicos dejó de comprar algún alimento por no tener dinero. Sin embargo, este promedio esconde fuertes disparidades, llegando al 50% en hogares que reciben la Asignación Universal por Hijo (AUH), la Tarjeta Alimentar, hogares numerosos, con jefatura femenina o endeudados.

“El sistema de protección de ingresos sigue siendo un pilar central para proteger a las familias en situación de mayor vulnerabilidad. La encuesta confirma que el 55% de los hogares con niñas y niños es alcanzado por alguna medida de protección social”, afirmó Luisa Brumana, Representante de UNICEF Argentina.

“En situaciones de crisis económicas, el Estado debe garantizar que la niñez y la adolescencia sea protegida a través de presupuestos y políticas inclusivas que les permita salir de la pobreza y la indigencia”, señaló.

En aquellos casos donde el padre no vive en el hogar se observa otra presión adicional sobre los ingresos: una de cada dos mujeres afirma no recibir la cuota alimentaria, en tanto llega al 63% cuando se considera quienes solo lo perciben de forma esporádica.

Ante esta situación, las familias dejan de realizar otras actividades o recurren a préstamos de familiares o entidades formales e informales para poder comprar alimentos o medicinas: uno de cada cuatro hogares dejó de ir al médico, un 30% tuvo que recurrir a ahorros o al pedido de dinero a familiares y el 20% se endeudó.

En este último caso, se trata de vínculos con organismos como ANSES, bancos o prestamistas informales. En los sectores más acomodados de la pirámide distributiva, las familias recurren a comprar comida con la tarjeta de crédito. Además, 2 de cada 10 hogares dejaron de pagar servicios como luz, gas, teléfono, celular o internet.

Esta situación asciende al 33% en aquellos donde se percibe la AUH y al 24% en los que están a cargo de una mujer.

“Los resultados del estudio muestran que hay un declive de la clase media donde la insuficiencia de ingresos genera la necesidad de usar ahorros o endeudarse para mantener condiciones de vida mínimas para la niñez, mientras que en aquellos hogares ya situados en la pobreza el resultado es la falta de un plato de comida”, señaló Sebastián Waisgrais, Especialista en Inclusión Social de UNICEF Argentina.

En aquellos hogares que reducen la compra de alimentos por la falta de dinero, la carne es lo primero que se suprime y aumentan los carbohidratos como pan o fideos. “Hay una sustitución de consumo de alimentos asociado al nivel de precios”, indicó Waisgrais

De acuerdo al Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), en sú último relevamiento, la pobreza infantil alcanzó el 51,4% en el segundo semestre del 2021 y afecta a 5,5 millones de menores de 14 años. De ese total, el 38,8% son pobres no indigentes mientras que el 12,6% son indigentes.